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KIOTO. La ciudad japonesa más bonita en 6 visitas imprescindibles.

Japón

Kioto pone el contrapunto a la ultramodernidad de ciudades japonesas como Osaka, o la capital del país, Tokio. Es la ciudad más tradicional de Japón y probablemente, la más encantadora, con posibilidad de disfrutar de decenas de preciosos templos, amparados la mayoría de ellos bajo el paraguas del Patrimonio de la Humanidad y de conocer el mundo de las geishas, estas artistas japonesas, hábiles en las diversas artes japonesas que desarrollan después de años y años de aprendizaje.

Aunque Tokio y Kioto están separadas por casi 500 kilómetros, la extraordinaria eficacia de los trenes nipones, el conocido tren bala o Shinkansen, que ha sido el paradigma y precursor de toda la red de trenes de alta velocidad mundial, hace que en poco más de dos horas te puedas plantar en la estación de Kioto desde la estación central de Tokio. Hay varios trenes cada hora.


Lo ideal en un viaje a Japón es comprar Japan Rail Pass, un abono para todo el sistema de trenes de alta velocidad de Japón (que incluye algunas líneas de metro de algunas ciudades y también otros trenes y medios de transporte) y que tiene una duración de 7, 14 o 21 días.

Hay que tener en cuenta, sin embargo, que la Japan Rail Pass se debe comprar antes de llegar a Japón (hay un montón de webs, por ejemplo http://www.japan-rail-pass.es que se encargan de ello). La de 7 días cuesta 193 euros y la de 14 días, 307 euros. Cabe decir, que sólo con el trayecto ida y vuelta Tokio – Kyoto ya se amortiza, por lo que la tarjeta es imprescindible para quien quiera hacer un mínimo recorrido por el país, que seguro incluirá, además de Kioto, Nara, Osaka, Hiroshima o el castillo de Himeji.

Una vez en Japón, hay que activar la Japan Rail Pass, en alguna de las múltiples oficinas de JR que hay en los aeropuertos o estaciones principales. Nosotros lo hicimos en la estación principal de trenes de Tokio y aprovechamos también para reservar plaza en los diversos trenes que necesitábamos para el recorrido por el país. Con todo, los trenes bala son muy frecuentes y no suele ser difícil encontrar lugar para el mismo día, particularmente en la línea Tokio – Kyoto. Los horarios de los trenes se pueden encontrar en inglés en la web http://www.hyperdia.com/en.


En Kioto haremos 4 noches. Tiempo suficiente para conocer la ciudad, ir al santuario del Fushimi Inari, que está a quince minutos, ir a las ciudades de Osaka y Kobe que están a poco más de una hora de tren, e ir a Nara, que está a 50 kilómetros. En este post me centraré en la ciudad de Kioto, y en concreto, en las 6 visitas que considero imprescindibles, aunque es una ciudad que da no por 6, sino por 60 visitas.

UN BREVE RESUMEN HISTÓRICO.

Si por algo destaca Kioto es por la enorme cantidad de templos que hay en la ciudad. Esta ciudad, que actualmente tiene un millón y medio de habitantes fue la capital de Japón a partir de finales del siglo VIII, cuando el emperador Kanmu decidió la construcción de una nueva capital, Nagaoka-Kyo. Hasta ese momento, la capital era la actual Nara, que está a una hora de tren. El nombre de Kioto, que en realidad significa «Residencia imperial» se fue imponiendo con el paso de los años, pero no fue hasta el siglo XI cuando se oficializó. Kioto era el centro político, pero también cultural, religioso y económico de Japón.


En los siglos posteriores hay un periodo de convivencia de los diversos shogunatos en Japón, por lo que Kioto queda como capital y residencia del emperador, pero en realidad los centros de poder y decisión se han trasladado a otros puntos del país. Kioto, mantiene sin embargo, su enorme ascendencia religiosa.

Es a mediados del siglo XIV cuando Kioto vuelve a ganar influencia y vuelve a ser considerada de facto, no sólo la capital del país, sino el verdadero centro de poder. Es la época del Shogunato Ashikaga. De hecho gran parte de los templos que descubriremos estos días son de esta época, como los Pabellones de Oro y de Plata y el templo zen del Ryoan-ji.

Los siglos XV y XVI son marcados por varias guerras intestinas que terminan con la nueva unificación del país a partir de 1615, cuando se inicia el periodo Edo, de modo que la capital económica es desplazada a la ciudad de Edo, la actual Tokio. Kioto, a pesar de ser relevada como sede imperial sigue manteniendo una gran importancia religiosa y cultural, y siendo una de las ciudades más grandes del país. Importancia que aún mantiene, siendo además, la ciudad más bonita de todo el país.

6 VISITAS IMPRESCINDIBLES EN KIOTO

1. KIYOMUZI-DERA

Para nosotros el templo más hermoso de Kioto. Forma parte del Patrimonio de la Humanidad e incluso fue considerado para formar parte de las Nuevas 7 maravillas del mundo, quedando entre las 21 finalistas. Aunque el templo data del año 778, las construcciones se han ido sucediendo a lo largo de los años y los edificios actuales datan del siglo XVII.

Después de pasar por el Niomon, la puerta de los dos Reyes, y posteriormente, por la torre de la campana y la preciosa Pagoda de tres pisos, se llega al Hon-do, el edificio principal del Kiyomuzi Dera, hecho enteramente de madera, que destaca por las enormes vistas que se pueden contemplar desde una enorme terraza sostenida por cientos de pilares. En la época de los almendros en flores, el espectáculo es innenarrable, pero desgraciadamente, cuando nosotros fuimos, aún faltaban unos quince días para que florecieran. Parece ser que durante un largo período, tirarse desde esta terraza era no sólo un signo de valentía, sino que quien conseguía sobrevivir a los trece metros de caída, veía cumplidos sus deseos. Fue en el periodo Edo donde más saltos se produjeron. Algunas fuentes cifran en 234 el número de valientes, de los cuales casi el 86% sobrevivieron. No está mal el porcentaje. Lo que no sabemos es si, efectivamente, sus deseos se cumplieron.


Es imprescindible acudir a la cascada Otowa-no-taki, que hay bajo el edificio principal, que se divide en tres canales de agua, para abrevar los tres chorritos. Al parecer, la salud, la longevidad y el éxito en los estudios están garantizados para los que beban de esta agua.

También es una cita imprescindible acercarse al Santuario Jishu, dedicado al Dios del amor y el matrimonio. Hay dos piedras del amor, separadas por unos seis metros. Los que no tienen pareja deben recorrer el recorrido con los ojos cerrados. Si llegan a la segunda piedra, parece ser que tienen asegurado de encontrar, pero si por llegar, necesitan ayuda de alguien, significa que también necesitarán para encontrar pareja.

En el Kiyomuzi-Dera vimos un montón de parejas vestidas al modo tradicional. Parece ser que es un lugar bastante típico para hacerse fotos. Particularmente, fotos para el álbum nupcial.

Si vas a viajar a Japón quizá te preguntes si merece la pena comprar la Japan Rail Pass. Se trata de la tarjeta que te permitirá utilizar todos los trenes shinkansen y las líneas JR de Japón durante 7, 14 o 21 días. Aquí te explicamos exactamente en qué consiste la JR Rail Pass y si merece la pena comprarla.



2. EL TEMPLO ZEN DE RYOAN-JI

También forma parte del Patrimonio de la Humanidad y es uno de los templos zen más conocidos de Japón. La escuela Zen, es una rama del budismo mahayana y tiene las bases principales en China (de donde es originario), Vietnam, Corea y Japón. De hecho, la escuela Zen, es una de las escuelas budistas que más implantación tiene en occidente, y es reconocido como un equivalente de paz y tranquilidad, de manera que este reposo, se refleja en los templos zen.

Los jardines secos Zen son lo que caracterizan los templos zen y probablemente el Ryoan-Ji es uno de los más famosos de todo el mundo y data del 1488.

Este jardín es rectangular. Por tres lados está cerrado por un muro y por el cuarto lado se abre el santuario. El jardín está lleno de arena aplanada con rastrillo y hay hasta 15 piedras dispuestas en tres grupos. Debajo de cada piedra hay musgo. Parece ser que contemplar el jardín da una sensación de placer, serenidad y tranquilidad enorme. Sea o no verdad, a nosotros nos parece bastante curioso que estos jardines tengan tanto renombre y que los creadores sean considerados genios del arte de los jardines. Desde fuera y a ojos no expertos, se podría decir que las quince piedras están dispuestas al azar, pero parece ser que lejos de ser así, la disposición de las piedras forma parte de la genialidad del desconocido artista que creó el jardín.

La verdad es que no son estos jardines los que más nos gustan en Japón. Hay un montón de jardines japoneses espectaculares, con arroyos, pagodas, pabellones y puentes, mucho más bonitos (para nosotros) que los jardines Zen, pero es evidente que estos jardines secos forman parte importante de una filosofía que tiene un seguimiento muy amplio y vale la pena visitarlos.

¿Te gustaría asistir a un espectáculo con una MAIKO en KIOTO?. Se trata de uno de los espectáculos más tradicionales que hay que ver en Kioto. Un imprescindible en esta ciudad, pero que hay que RESERVAR CON ANTICIPACIÓN. Tiene una duración de unas 2 horas y a parte del espectáculos os llevaréis algunos recuerdos y una foto con la MAIKO. Podéis mirar en ESTE ENLACE, los precios y contratarlos.


3. KINKAJU-JI, EL TEMPLO DEL PAVELLÓN DORADO

Para nosotros, el Kinkaju-ji es el segundo templo más bonito de la ciudad, después del Kiyomuzi Dera. Cuando en el siglo XIV en la época del Shogunato Ashikaga, Kioto vuelve a recuperar poder político, el Shogun Ashikaga Yoshimitsu ordena construir este pabellón como villa de descanso de su propiedad. Era en 1397, el Shogun quería abdicar en favor de su hijo y se construyó el pabellón para pasar el resto de sus días. Este pabellón inicial ha sufrido diversas vicisitudes, entre ellas varios incendios, el último de los cuales, en 1955, obra de un monje perturbado.

El Pabellón dorado, lo más destacable del jardín es un edificio de tres plantas. La primera planta es de madera, pero las dos superiores son de pan de oro, dándole la característica coloración dorada, que junto al estanco donde se ubica y el telón de fondo del frondoso cerro Kinugasa, forma parte de una de las imágenes más características de la ciudad de Kioto. Curiosamente, el pabellón está culminado por una figura china, el fenghuang o «Ave Fénix» china.

El pabellón funciona a modo de santuario, guardando las reliquias de Buda. El jardín que rodea el estanco sobre el que está el pabellón dorado responde a lo que entendemos por jardín japonés y sería un buen lugar para relajarse si no fuera porque el Templo Dorado es uno de los lugares más turísticos de la ciudad y por lo tanto encontrar un trocito de jardín un poco solitario no es fácil. El Kinkaju-ji también forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad y es una de las postales más bonitas que nos llevamos de la ciudad.

4. GINKAKU-JI, EL TEMPLO DEL PAVELLÓN DE PLATA.

Menos espectacular que el Templo del Pabellón de Oro, el Ginkaku-Ji es otro de los iconos de Kioto. Si el constructor del Pabellón de oro fue el Shogun Ashikaga Yoshimitsu, el del Pabellón de Plata fue su nieto, el Shogun Ashikaga Yoshimasa.

Aunque la idea inicial era recubrir de plata el pabellón, esto no fue posible. Curiosamente, lo que sí logró es mantener el nombre de Pabellón de Plata. Al igual que su predecesor, esta estructura también fue construida con fines de descanso del Shogun. Como el Templo del Pabellón de Oro, en este caso, el pabellón está también rodeado por un lago que el reflejo y este, sobre un jardín japonés.


5. SANTUARIO YASAKA

Situado en el distrito de Gion, donde de noche se pueden encontrar las Geishas, el santuario sintoísta de Yasaka es uno de los puntos más visitados por los propios habitantes de Kioto. Este santuario está lleno de puertas, altares y pabellones y es habitual ver japoneses con sus trajes tradicionales. Cuando lo visitamos estaban haciendo una especie de representación ritual en uno de los escenarios centrales del Santuario.

La importancia del Santuario es tal, que muchas de las Linterna que hay, son fruto de donaciones y patronaje de varias personas y entidades de la ciudad.

Para entrar en el santuario, debemos sobrepasar la Puerta Oeste o Nishi Romon, que en lugar de ser la tradicional puerta sintoísta en forma de Torii, es una puerta de inspiración budista. Desde este punto, un camino adoquinado nos llevará hasta la Sala del Salón principal, que es donde se estaba haciendo la representación ritual.

Una vez visitado los diversos pabellones, se puede dar la vuelta y volver por la puerta principal, o salir por la puerta sur, esta vez en forma de Torii.



6. BARRIO DE GION Y CALLEJÓN PONTOCHO.

Situado justo enfrente del Santuario Yasaka, el barrio de Gion es conocido por la multitud de casas de té y restaurantes frecuentados por las Geishas. La arquitectura en este barrios es especialmente tradicional y es un encanto pasear tranquilamente al atardecer, entre la oscuridad de la noche y la luz de las linternas de los restaurantes y casas de té, esperando que alguna geisha o quizás alguna maiko (aprendiz de geisha) salga de algún callejón lateral y se adentre por el principal, de camino a alguna casa de té. La verdad es que aunque el número de geishas ha bajado mucho después de la Segunda Guerra Mundial, extraño es que no encuentres más de una durante el recorrido por las zonas que frecuentan.

Eso sí, si las quieres fotografiar, tienes que ser rápido. Las geishas no se detienen y más bien caminan deprisa.

Al igual que en el barrio de Gion, el estrecho callejón Pontocho es lugar de trabajo de las geishas, estas artistas del entretenimiento que al parecer trabajan en Gion y Pontocho desde el siglo XVI. La arquitectura tradicional también se respete en este callejón, donde muchas de las construcciones son aún ahora, de madera, y si estamos atentos no es infrecuente oír el característico andar de las geishas, fruto del golpear continuo de sus zuecos de madera contra el suelo de Pontocho. En este estrecho callejón encontramos desde casas de té y pequeños restaurantes, algunos no tan caros, hasta algunos de los restaurantes más lujosos de la ciudad. Los restaurantes de mano izquierda en sentido bajada suelen tener una terraza que da al río Kamo, lo que los hace especialmente interesantes.

DONDE DORMIR EN KIOTO.

HOTEL KIOTO MACHIYA SHOUAN. KIOTO. Los hoteles en Japón no son baratos. Y menos si se desea un hotel de estilo tradicional. Aquí en Kioto sí que encontramos un hotel de estilo japonés, con tatamis y futones, céntrico y con una atención muy buena a un precio accesible para nuestro presupuesto. El Kioto Machiya Shouan está construido casi enteramente en madera y sirven el desayuno en la habitación. Podéis ver los precios o reservar en este enlace.






Por supuesto que los encantos de Kioto no acaban aquí. El templo del Ryozen Kannon, con una enorme estatua de Buda de 24 metros de altura y que hace de homenaje a los caídos en la Segunda Guerra Mundial; el Castillo de Nijo, que también forma parte del Patrimonio de la Humanidad, del siglo XVII y que fue construido para ser la primera residencia del Shogun del período Edo, el frondoso Paseo de la filosofía, que recorre durante dos kilómetros la distancia que lleva desde el Pabellón de Plata hasta el Templo Nazen-Ji, y donde pudimos ver algunos de los poquísimos almendros en flor… Kioto está lleno de tesoros por descubrir.

Nos vamos de Kioto con la sensación de que es una de las ciudades más bonitas que hemos visto nunca, plagada de templos, jardines, castillos y mucha historia y que sin duda recordamos de manera especial con el paso del tiempo.

Por último, si vas a viajar a Japón, quizá te interese saber acerca de los 9 barrios imprescindibles de Tokio.


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