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PAESTUM. Entre la arqueología y la mozzarella.

Nápoles es una ciudad que despierta pasiones: o la odias o te enamoras de ella. A nosotros nos encantó. Nos pareció una ciudad muy viva, con un gran número de visitas interesantísimas.

Pero lo que además tiene la capital de la Campania, es que su situación la posiciona estratégicamente para que sea la base para hacer un montón de extraordinarias visitas a sus alrededores, como por ejemplo, las ciudades romanas de Herculano o Pompeya, que quedaron sepultadas tras las erupciones del volcán Vesubio, el ascenso al mismo volcán, el Palacio Real de Caserta, la Costa Amalfitana o un poco más lejanas, pero extraordinarias también, las ruinas del Recinto Arqueológico de Paestum, que se encuentra a unos 90 kilómetros de Nápoles, en dirección sur.

Hoy hablaremos precisamente de esta antigua ciudad griega.

CÓMO LLEGAR A PAESTUM

La manera más fácil y cómoda para llegar a Paestum desde Nápoles es utilizar el tren que parte desde la estación central de Nápoles. El trayecto suele durar entre una hora y cuarto y una hora y media. El billete, a precios de 2014, cuesta 5.50 euros por trayecto. El recinto arqueológico de Paestum se encuentra a menos de un cuarto de hora de paseo desde la estación.

QUÉ FUE PAESTUM?. TRES APUNTES DE HISTORIA.

Paestum fue fundada por colonos de Sybaris, una de las más importantes colonias de la Magna Grecia (que es el nombre que recibe el territorio ocupado por colonos griegos en el sur de la actual Italia y Sicilia). Probablemente sería hacia finales del siglo VII. Al nuevo territorio colonizado le pusieron el nombre de Posidonia y disfrutó también de la participación de los griegos de la península del Peloponeso; en concreto, los de Trecén, ciudad natal del mítico rey de Atenas, Teseo.

Aunque no se sabe demasiado de la historia de Paestum, si se sabe que fue un enclave relativamente importante, que fue capaz de acuñar su propia moneda.

Parece ser que en el siglo IV aC, Paestum fue conquistada por Lucano, un pueblo sabélico que ocupaba el centro y sur de Italia. Fueron ellos quienes le pondrían el nombre de Paistom que habría derivado en el actual Paestum. La ciudad pasó por manos de los griegos de Molosia, para ser reconquistada al poco tiempo por Lucano, pero finalmente se convirtió un una colonia romana más. Era el 273 aC. Es en este momento en que ya se habla de Paestum.

EL PARQUE ARQUEOLÓGICO DE PAESTUM

El recinto arqueológico de Paestum, que forma parte de la lista del Patrimonio de la Humanidad, es relativamente pequeño. En él, destacan, sobre todo los tres templos, que están dedicados a Hera, Apolo (o Neptuno) y Atenea (o Ceres). También están los restos del foro de la época romana que fue edificado sobre el ágora griega.

Todo el recinto está rodeado por unos muros que totalizan un perímetro de 4750 metros. El muro fue construido en época griega, pero posteriormente, tanto lucanos como romanos lo reforzaron. Se podía entrar a la ciudad por alguna de las 4 puertas que había en los puntos cardinales. De hecho, aún ahora, viniendo de la estación, hay que pasar por una de las puertas de Paestum.

El más pequeño de los tres templos dóricos, es el de Ceres o Atenea, que data del 500 aC. El del Neptuno o del Poseidón, dedicado a Atenea es unos 50 años más joven. Dataría pues del 450 aC, época en que también se construyó el Partenón de Atenas. Es uno de los templos dóricos griegos mejor conservados del mundo. Está construido de travertino y tiene un precioso color dorado que cambia de color a medida que cae el sol.

El templo de Hera, también conocido como la Basílica porque en época medieval fue transformado en una iglesia, fue el primero de todos en ser construido y dataría del 550 aC. El conjunto de los tres templos griegos forma una de las estampas más bellas de Italia.

Otras construcciones que encontramos en el recinto arqueológico son el Ekklesiasterion, que data del período griego que i parece que habría tenido funciones legislativas o el Anfiteatro, que ya data de la época romana y que está sólo parcialmente excavado. También encontramos un edificio que ha sido interpretado como un gimnasio o una piscina.

Estuvimos poco más de una hora paseando y tirando fotos por el recinto y después nos acercamos al museo, que contiene varias piezas encontradas en Paestum. Vale la pena, para completar la visita.


MOZARELA DE BÚFALA.

Más allá de las fabulosas ruinas griegas de Paestum, esta zona es conocida por las diversas granjas de búfalas que se dedican a la producción de mozzarella, uno de los quesos italianos más internacionales. Hay un montón que se pueden visitar, disfrutar de una demostración de la producción de mozzarella, y desde luego, ver los cientos de búfalas pastar.

Muchas de ellas también están preparadas para que los visitantes puedan hacer una comida a base de diversos productos de búfala, donde el filete de búfala y los diversos quesos, evidentemente, son los reyes. De postres, yogures y helados hechos con leche de búfala no pueden faltar.

Fuimos andando hasta el Caseificio Barlotti que está a menos de dos kilómetros del recinto arqueológico, pero hay un montón en esta zona, y en la oficina de turismo de Paestum os podrán orientar, pues algunas de ellas hacen las demostraciones en unos horarios concretos. De hecho, nosotros llegamos cuando la demostración ya se había hecho. Eso sí, muy amablemente nos pasearon por la granja para que viéramos las búfalas y el espléndido almuerzo fue un final memorable para nuestra estancia en Paestum.

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