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HUSAVIK. Avistamiento de Ballenas en Islandia. Buscando la Ballena Azul.

Avistar ballenas en Husavik es una de las actividades más interesantes que se pueden hacer en el norte de Islandia. Aunque hay otras poblaciones donde se puede realizar esta actividad, parece ser que es precisamente en Husavik donde las posibilidades de avistamiento son mayores, pues en temporada alta rozan el 98% de éxito.

Gentle Giants, radicada en Husavik, es probablemente, la empresa más solvente para realizar el avistamiento de ballenas en Islandia, por lo que dado que no nos queremos arriesgar hemos elegido esta compañía para realizar la actividad. Hay diversos horarios, pues Gentle Giants tiene varios botes, pero nosotros navegaremos con el que sale a primera hora, a las 8.45, pues hemos hecho noche en Husavik con la idea de hacer el avistamiento de ballenas a primera hora y luego seguir ruta con una larga jornada por delante.

AVISTAMIENTO DE BALLENAS EN ISLANDIA. LISTOS PARA EL ABORDAJE

El barco, de nombre Faldur, es un largo y precioso bote de madera, de 15 metros de eslora. Antes de subir nos vestimos para la ocasión. Aunque no hace mala mar es habitual mojarse durante el avistamiento de ballenas y además, hace más frío que calor. Nos dan una especie de mono y encima del mono, un impermeable. Nosotros hemos puesto nuestra parte tomándonos un comprimido para el mareo. Por si acaso.

La tripulación se presenta y explica las normas de seguridad. Se compone del capitán y de dos guías que nos adiestran en el arte del avistamiento de ballenas. Nos explican que debemos estar atentos a los surtidores de agua que veremos salir del mar y que nos indicarán que la ballena está soplando y por tanto, que está cerca. También nos cuentan que podemos ver las aletas dorsales o la cola. Nos llevamos la sorpresa, de que uno de los dos guías es de Galicia, Sandra, por lo que no duda en traducir nos la explicación si no hemos entendido algo en particular.

Salimos del puerto y navegamos mar adentro. Nos cuentan que estamos a 50 kilómetros del círculo polar ártico. Llevamos una media hora y empezamos a ver varios surtidores de agua mar adentro. Según la potencia, los guías nos explican que son ballenas jorobadas, que son las más habituales, o ballenas azules, el animal más grande del planeta.
Parece ser que es mucho más fácil avistar ballenas jorobadas que azules. Entre otras cosas, porque de ballenas azules quedan muy pocas en todo el mundo. Los informes más optimistas hablan de que quedan unas 10 o 12 mil, de las cuales, menos de 2000 se encuentran en el hemisferio norte. Es un mamífero que puede llegar a medir hasta 30 metros de largo. Los guías nos explican algunos datos sorprendentes, como que las crías de ballena azul maman unos 270 litros de leche al día.

Pasa el rato y seguimos viendo surtidores hasta que de repente el guía pega un grito: ballenas jorobadas a las 9 !!! Esto significa que debemos mirar todos a babor. Y sí, allí está !!! Y no una ballena, no. Se trata nada menos de 4 ballenas jorobadas, juguetonas, que no paran de entrar y salir del agua. Ahora enseñan la dorsal, ahora la cola. Parecen disfrutar del barco y juegan al escondite con nosotros. A ratos las perdemos de vista y de repente vuelven a soplar y vuelven a saltar. El espectáculo y la emoción se hace difícil de explicar. Aunque por momentos no lo teníamos nada claro, el avistamiento de ballenas en Islandia sería un éxito.

De ballenas jorobadas, que de adultos tienen una longitud de entre 14 y 16 metros, hay muchas más. Se calcula que la población mundial de ballenas jorobadas está alrededor de los 80 mil ejemplares. Es por eso que este cetaceo es uno de los objetivos más habituales de los avistamientos de ballenas en todo el mundo, ya sea en Península Valdés, en Argentina, o la Baja California, en México.

Contentos por haber visto durante un buen rato las 4 ballenas jorobadas parece que no es suficiente. Sandra nos avisa y todos los que disfrutamos del espectáculo nos giramos. Tenemos una fantástica e inmensa ballena azul delante de nosotros. No nos habríamos imaginado poder verla tan cerca, quizás a una veintena de metros. La ballena es inmensa, seguro que mide más de 20 metros de longitud y no para de nadar, saltar y enseñarnos la aleta ante nosotros.


El corazón nos late cada vez más fuerte. El avistamiento de ballenas en Husavik, Islandia, está siendo un éxito y la ballena azul supone la guinda al pastel. Estamos más de un cuarto de hora disfrutando del cetáceo, que a ratos se pone a nadar más rápido y el capitán debe seguirla. Nos cuenta la guía, que mientras las ballenas jorobadas pueden ir más a menudo acompañadas, las azules suelen nadar solas.

Marc disfruta como nosotros y ya no nos importa que de vez en cuando, un brusco movimiento del barco nos deje empapados.

Al cabo de dos horas y media, es hora de volver al puerto. Con pena nos despedimos de las 4 ballenas jorobadas y de la ballena azul. Sin duda, será uno de los grandes recuerdos de Islandia, el avistamiento de ballenas en Islandia.

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