Los lagos o lagunas glaciares de Jökulsárlón y Fjallsárlón son dos de las principales atracciones turísticas del sur de Islandia. La visita a estos dos lagos de origen glaciar y formados por obra del retroceso del glaciar Vatnajökull pondrán final a la jornada de hoy, que nos ha llevado por parajes tan espléndidos como los acantilados Dyrhólaey o el Parque Nacional Skaftafell.
Todo el día de hoy ha estado marcado por esta enorme glaciar, el Vatnajökull, el más grande de Europa con una extensión que supera al de toda la Comunidad Autónoma de Madrid y que está en esta vertiente sur que recorremos, se llena de lenguas glaciares que se desprenden de su casquete y que no hemos parado de contemplar durante toda la jornada, pues con frecuencia se acercan hasta pocos kilómetros de la carretera nacional 1, por donde transitamos la práctica totalidad de los viajeros que visitamos Islandia.
Estas son las opciones más interesantes:
LAGUNAS GLACIARES JOKULSARLON Y FJALLSÁRLÓN. ¿QUÉ SON Y COMO SE FORMAN.
Uno podía pensarse que estas lagunas se formaron hace ya muchos siglos. Esto, comparado con los miles de años que se le suponen a los glaciares, sería muy poco tiempo. No es así, pues la mayoría de lagunas glaciares que se encuentran durante nuestro recorrido se han formado en los últimos cien años y son producto del retroceso del glaciar y en particular, de las diversas lenguas glaciares. Se puede pensar que esto es debido al calentamiento global del planeta, pero al parecer, desde hace muchos y muchos años, se suceden períodos de crecimiento y decrecimiento de los glaciares, sin que haya mediado necesariamente el fenómeno que ahora entendemos por calentamiento global.
Lo cierto es que con el retroceso del glaciar se forman estas lagunas o lagos interiores, que curiosamente se quedan a pocos metros de la misma playa y donde se acumulan gran cantidad de icebergs, haciendo las delicias de todos los viajeros.
El lago Jökulsárlón, la más famosa de estas lagunas glaciares, se formó hace unos 150 años y tiene una profundidad máxima de 200 metros, que no es poco, teniendo en cuenta que el lago no se encuentra ni a doscientos metros de la playa.
Aunque sabemos de la existencia de los icebergs, al visitar la laguna Jokulsarlon quedamos francamente maravillados y sorprendidos por la gran cantidad de enormes masas heladas que flotan en el lago y particularmente, en la zona más al sur de la laguna Jökulsárlón, que es donde más accesible queda por los turistas que contemplamos el espectáculo.
Icebergs de todos los tamaños y formas parecen bailar, de aquí para allá. Lo curioso es que mientras algunos icebergs quedan completamente inmóviles, otros se mueven lentamente y algunos, incluso, a gran velocidad. También llama la atención un pequeño río, de no más de doscientos metros de longitud y que conecta la laguna de Jokulsarlon con el mar, y que hace de vía de escape de algunos de estos icebergs que quedan anclados en la orilla del mar, justo en frente de una playa de fina arena negra.
También podemos comprobar que los diversos icebergs tienen colores diferentes que van del más blanco, el azul y muchos de ellos a un no tan bonito color gris. La explicación es que en un primer momento, los icebergs, que son producto de la rotura del frente glaciar, tienen un color más bien gris producto, en parte, por los sedimentos que ha ido acumulando en su lento avance y, en parte, por la ceniza acumulada en alguna de las cercanas erupciones volcánicas. El iceberg sólo muestra una décima parte de su superficie. El resto, queda en el interior del agua y se va erosionando. De este modo, se va puliendo la parte de superficie que queda dentro del agua. Cuando ya se ha erosionado lo suficiente, es cuando el iceberg se da la vuelta y muestra su cara más limpia, más o menos azulada.
RECORRIDO EN BARCA POR LA LAGUNA GLACIAR JOKULSARLON
Existe la posibilidad de hacer un recorrido por la laguna Jökulsárlón, en un coche anfibio (se convierte en barco al entrar en el agua) o en zodiac. Son dos experiencias nada baratas y que varios viajeros han explicado que un pelo tanto decepcionantes, pues lo que se observa dentro la barca no es más que los que se puede ver desde la ribera del lago. Esto y el viento que hace hoy, además del precio, nos hace optar por quedarnos en la orilla y disfrutar del espectáculo desde allí.
FJALLSÁRLON: UNA SEGUNDA LAGUNA GLACIAR MENOS CONOCIDA
Pocos kilómetros antes del lago Jökulsárlón, se encuentra una segunda laguna glaciar similar, la laguna Fjallsárlón. Hay que estar atentos, pues el desvío no está bien indicado.
Después de unos pocos kilómetros por una pista no asfaltada llegamos al lago, donde quedamos sorprendidos de la belleza de la lengua glaciar y los icebergs que flotan en la superficie. Fjallsárlón no es tan visitado y la verdad es que no somos ni diez las personas que allí nos encontramos. Es la primera laguna glaciar que visitamos en Islandia y eso hace que quedemos francamente estupefactos, pero la verdad es que el lago Fjallsárlón es mucho menos espectacular que la laguna Jokulsárlón. Es justamente en esta tranquilidad con la que se puede visitar, donde Fjallsárlón puede destacar de manera especial. Pero la verdad es que si se quieren visitar las dos lagunas glaciares, vale la pena visitar primero la Fjallsárlón y dejarse la laguna Jökulsárlón, el plato fuerte, para el final.
Indicar, por último, que según cuenta un panel que encontramos en Fjallsárlón, un sendero recorre la distancia entre las dos lagunas. Nosotros, ni nos lo planteamos. La visita a las lagunas glaciares de Fjallsárlón y Jokulsárlón han sido un perfecto final para la jornada de hoy.