Icono del sitio Mil Viatges

PAÍS LOBI. Quienes son y cómo viven los Lobi de Burkina Faso.

El País Lobi supone un nuevo contacto con esta miríada de etnias que conforman el oeste de África. Conocer a los distintos pueblos subsaharianos, como los Lobi, los Senufo o los Gan (de los que ya tuvimos la oportunidad de hablar en este artículo) representa uno de los momentos más interesantes de nuestro viaje a Burkina Faso.

Pero ¿Quiénes son los Lobi? ¿cómo viven? ¿Qué religión tienen? Los Lobi, palabra que etimológicamente significa “hijos del bosque” son una de las etnias más individualistas que encontramos en África. Aunque podemos considerar a Gaua, una población de unos 30.000 habitantes, como la capital del país Lobi, la mayoría de ellos sigue viviendo en el campo, apartadas unas familias de otras, y manteniendo un muy reducido contacto entre ellos.


Se trata de pequeños conglomerados familiares que siguen viviendo de la agricultura y la ganadería y que residen en una suerte de viviendas construidas en adobe, de tipo fortificado, y que dan cabida a una familia entera y así como a los animales de los que dispone el grupo familiar.

Estas pequeñas fortificaciones lobi, llamadas sukalas, suelen estar desperdigadas en el territorio que es conocido como País Lobi, hasta el punto de que una regla no escrita indica que no debe construirse una sukala más cerca de la distancia que una flecha sea capaz de alcanzar.

PAÍS LOBI. VISITA A UNA SUKALA

Los Lobi no son la etnia más amigable del oeste de África, precisamente. Sabíamos de su carácter belicoso. Pese a que nos acercamos varias veces de forma amable y respetuosa a alguna de las sukala que encontramos en el camino, hasta en tres ocasiones somos mal recibidos. En dos ocasiones, incluso, un par de los jóvenes habitantes salen de la sukala con un tronco del tamaño de un bate de béisbol en la mano y además, no dudan en tirarnos piedras. Desde luego, está claro que están dispuestos a que nadie se acerque a su vivienda-fortaleza.

Es su carácter y hay que respetarlo. Al fin y al cabo, somos nosotros los intrusos que intentamos violar su intimidad y desde luego, sus reglas de convivencia social y hospitalidad, nada tienen que ver con las nuestras. Tampoco parece poder atribuirse este comportamiento a las molestias que los turistas pueden ocasionarlas. Durante nuestro viaje por esta zona del África Subsahariana, y en concreto por el País Lobi, son más bien escasos los hombres blancos que se acercan a merodear por la zona. Lo dicho: es su carácter y no hay que darles muchas más vueltas.



A la cuarta va la vencida y tras un nuevo acercamiento a una sukala parece que seremos bien recibidos. Enseguida salen a nuestro paso una algarabía de niños de no más de 6 o 7 años chillando y –parece- celebrando nuestra presencia. Tras ellos, un hombre ya entrado en años nos da la bienvenida y se presenta como el cabeza de familia, y según parece, una suerte de hechicero.

Con sumo respeto le consultamos sobre la posibilidad de visitar su sukala a lo que accede más o menos gustoso.

Como explicaba, se trata de un vivienda de mayores dimensiones que las que utilizan otras etnias de la zona, como los Gan o los Senufo, pero construida también con barro. Pese a su tamaño, el hogar parece estar provisto de una única entrada que tiene forma de U, con la idea de no facilitar la entrada a posibles invasores. En interior está dividido en varios espacios, todo ello bastante a oscuras. Varias calabazas son utilizadas como recipientes. Una de las estancias parece estar acondicionada a modo de cocina, como lo atestiguan algunas cacerolas metálicas y las paredes ennegrecidas, producto del humo. Otra estancia está acondicionada a modo de dormitorio común y otra, se dispone para el ganado. Pocos son los detalles ornamentales que encontramos en el interior de la sukala. Entre ellos, un rústico balafón.

Los techos de la sukala no son altos y dificulta que podamos estar de pie sin agachar nuestra cabeza. Los lobi son más bajos y no parecen tener este problema. Dichos techos están confeccionados gracias a un entramado de madera al que se le ha añadido paja y finalmente, una capa de barro. Uno podría pensar que esta es una estructura más bien endeble. Sin embargo somos invitados a subir al terrado de la sukala por una escalera interior, lo que nos hace pensar que quizá no lo sean tanto. En el terrado nos encontramos con una serie de recipientes, algunos metálicos pero otros reciclados de material vegetal, con varias especies de grano.

Bajamos a la superficie, pero esta vez a través de una de las escaleras exteriores, que en forma de Y se localizan en las paredes laterales de la sukala.





Nuevamente recibidos por el cabeza de familia es ahora el momento de presenciar una mini ceremonia. El anciano, en su papel de hechicero, se ofrece a leernos el futuro por una pequeña propina. Justo enfrente de la sukala tiene una pequeña edificación, también bajita y construida con adobe pero también gracias a la ayuda de bloques de cemento. En el exterior, se disponen varios fetiches construidos en barro pero con una talla de madera en su parte superior que hace las funciones de cabeza. Tanto el fetiche como esta pequeña construcción que utiliza el hechicero, está manchada de pintura blanca, producto de algunas ceremonias realizadas.


Los habitantes del Pais Lobi son animistas. Se trata de un grupo étnico monoteísta, cuyo dios creador está en el cielo. Precisamente son los fetiches que encontramos en el exterior de esta habitación los encargados de transmitir los mensajes a un segundo fetiche que se encuentra en el bosque sagrado; y este, a un tercer fetiche que se localiza en una colina y que es el responsable último de transmitir, finalmente, el mensaje al ser supremo.

En el interior de esta pequeña habitación hace un calor tremendo. Además, siendo incluso de techo más bajo que la propia sukala, debemos permanecer de cuclillas o sentados sobre un piedra, lo que resulta ciertamente incómodo. Al igual que los hechiceros que conocimos en el País Dogón, también el brujo lobi utiliza las conchas de caurí para predecir nuestro futuro y contestar a nuestras dudas.

Pasamos un rato agradable con esta familia lobi, en su sukala. Tras la visita al Pais Lobí nuestro viaje por el sur de Burkina Faso continúa hacia los Domes de Fabedougou y el Lago Tangrela.



Suscríbete al blog


Puedes darte de baja en cualquier momento haciendo clic en el enlace al pie de página de nuestros correos electrónicos. Para obtener información sobre nuestras prácticas de privacidad, visita nuestro sitio web.

Usamos Mailchimp como nuestra plataforma de newsletters. Al hacer clic a continuación para suscribirte, aceptas que tu información será transferida a Mailchimp para su procesamiento. Obtén más información sobre las prácticas de privacidad de Mailchimp aquí.

Salir de la versión móvil