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EL PERIGORD NEGRO Y EL VALLE DEL DORDOÑA. Ruta por los pueblos más bellos.

El Perigord Negro corresponde a la zona más al sureste del Perigord. Recibe el nombre de Negro por los oscuros bosques que pueblan la región así como por la abundancia de las trufas que estas tierras regalan. El Perigord Negro es cruzado, básicamente, por 2 ríos: el Dordoña y el Vézère. En este post os vamos a hablar acerca de los lugares más interesantes que ver en el Perigord Negro, pero particularmente en la zona correspondiente al Valle del Dordoña.

 

Aquí, como en casi todo este viaje al Perigord, encontraremos muchos castillos, preciosos pueblos medievales que forman parte de la red de Pueblos más bonitos de Francia, algunas de las bastidas más bellas de la región o varias grutas repletas de estalagmitas y estalagtitas (que no tuvimos oportunidad de conocer por falta de tiempo). Además, es un buen lugar para practicar actividades al aire libre, como kayac o vías ferratas (de ello os hablaré posteriormente) y de disfrutar de una enorme gastronomía que tiene en los derivados del pato su producto estrella: paté, foie gras, rillettes, magret, confit…

En la gastronomía del Perigord encontraréis ocas y patos elaborados y cocinados de varias maneras. Y os aseguro que es un manjar excelente, particularmente si se degusta en el mejor lugar del mundo donde disfrutar de la cocina del pato y la oca. Pero no solo de pato vive el Perigord Negro. También pudimos conocer la importancia que se le da al aceite de nuez (que no sabíamos ni que existía) o a la trufa, por ejemplo.

CÓMO LLEGAR Y VISITAR EL VALLE DEL DORDOÑA. Si no habéis llegado en coche propio desde España lo mejor es volar hasta Burdeos y alquilar un coche en el aeropuerto. Desde allí podéis visitar el Perigord en una ruta de entre 4 y 7 días. Os dejamos el metacomparador de alquiler de coches baratos, que os ofrece un 15% de descuento sobre las mejores tarifas.

Estas son algunos de los lugares que hay que ver en el Valle del Dordoña y que no os podéis perder si viajáis a la región.

QUÉ VER EN EL VALLE DEL DORDOÑA.

LOS JARDINES DE MARQUEYSSAC

Los Jardines de Marqueyssac son uno de los lugares más pintorescos del Valle del Dordoña y del Perigord Negro. Fue el primer lugar que visitamos al llegar al valle, procedentes del País de Bergerac.

Lo cierto es que aquí también hay un pequeño castillo, aunque no es muy antiguo, pues fue alzado a principios del siglo XIX sobre unos cimientos medievales. Sin embargo, a sus pies, se extienden unos maravillosos jardines en los que para su diseño intervinieron discípulos de Le Notre, el más famoso de los paisajistas franceses y que se encargó de la elaboración de los jardines de Versalles.

Los setos han sido tallados en estos jardines de Marqueyssac de formas imposibles, formando un conjunto francamente original. Más allá de este primer tramo de jardines más ornamentales se extiende un larguísimo paseo que deja a mano derecha los acantilados que dan al valle del Dordoña y que llegan hasta lo que aquí llaman El Belvedere. Se trata de un mirador desde donde se obtienen unas maravillosas vistas de todo el valle y, particularmente, de La Roque Gageac, el pueblo que queda casi a los pies de los jardines y que será uno de los pueblos que visitaremos hoy.

Ni que decir que las vistas del Valle del Dordoña desde los 130 metros de altura de este mirados son vertiginosas. Podemos distinguir, sin dificultad, varios de los castillos de la zona, como el de Castelnaud, el de Beynac et Cazelnac o el de Fayrac.






Otro de los alicientes que tiene el visitar los jardines de Marqueyssac es el de realizar su vía ferrata. La verdad es que jamás habíamos realizado una actividad de este tipo, pero siempre hay una primera vez. De esta manera, nos armamos de moral y valentía y nos dispusimos a realizar este trayecto, colgados literalmente de los acantilados y a más de 20 metros de altura. Se trata de un tramo de unos 200 metros que se tarda unos 40 metros en recorrer. Desde luego, las medidas de seguridad son máximas, pero la sensación de impresión y vértigo lo son igualmente. Al menos para los que no estamos muy acostumbrados a este tipo de aventuras.

Eso sí, os aseguro que la experiencia fue memorable y que tardaremos muchísimo en olvidarla. Además, pudimos disfrutar de la actividad en familia pues está permitida a partir de los 8 años de edad. Como una imagen vale más que mil palabras, os dejo unas cuantas fotos de nuestra que tomamos durante la vía ferrata. El que esto escribe se encargó también de disparar las fotografías. Y os aseguro que liberar las manos colgado de la pared supone el doble de mérito. Por su parte, Isa no se atrevió a sacar su móvil en ningún momento de manera que no queda constancia de mi pequeña hazaña. Y es que empezar con las vías ferratas a partir de los 40 no es tan fácil como uno podría pensar.




BEYNAC ET CAZELNAC Y SU CASTILLO

Tras bajar de los Jardines de Marqueyssac nos disponemos a visitar algunos de los pueblos más bellos del Perigord, que lo son también de toda Francia. No en vano, varios de ellos disponen precisamente de esta etiqueta que identifica a Los Pueblos más bellos de Francia. Otros, además, disponen de otra: la que los identifica como las Villas Floridas de Francia. Se trata de pueblecitos donde los lugareños tienen especial atención en decorar las fachadas de sus viviendas, especialmente con flores.

Varias de estas villas están diseñadas siguiendo un mismo patrón, localizadas entre el acantilado y el río Dordoña y con las viviendas literalmente encajonadas en el mismo abismo. Se trata de poblaciones pequeñas y que se disponen de forma longitudinal, a lo largo de la orilla del río.

La primera que visitamos es Beynac et Cazelnac. Esta villa fue construida en dos partes. La primera, la Ciudad Alta, en lo alto del acantilado; por su parte, la Ciudad Baja es la que se extiende a lo largo del paseo fluvial. Primero subimos a lo alto del acantilado, donde se dispone un castillo medieval, alzado a partir del siglo XII, que convierte a este pueblecito, si cabe, en más espectacular. No lo visitaremos, pero sí que nos acercamos a una terraza que queda justo al lado del castillo y desde donde se tienen muy buenas vistas del valle del Dordoña, aunque no superan las que hemos tenido la oportunidad de gozar desde los Jardines de Marqueyssac.

Nos quedamos a comer en la ciudad alta, un menu du jour de 15 euros donde el pato es, como será la tónica durante este viaje por el Perigord, el protagonista. Tanto mi confit de pato como el magret de Isa resultan deliciosos.

Posteriormente, damos un paseo por la Ciudad Baja. Primero por el paseo ribereño y, después, regresando hasta donde hemos aparcado, por la calle que queda paralela al río, pero algo más elevada. La verdad es que los rincones de extrema belleza se repiten aquí y allá.




LA ROQUE GAGEAC

La Roque Gageac es nuestro siguiente objetivo y se localiza apenas cinco kilómetros río arriba. En pocos minutos hemos aparcado en el parking que queda a las afueras de la villa. En este caso, no es que se trate de uno de los pueblos que hay que ver en el Valle del Dordoña de forma imprescindible, sí no que es, sin lugar a dudas, el más bello de todos. Como en el caso de Beynac, también La Roque Gageac está incluido en la lista de Pueblos más bellos de Francia y, además, es el tercero más visitado de todo el país solo por detrás de Mont Saint Michel y Rocamadour.

El patrón es casi idéntico al de Beynac et Cazelnac. Es decir, una hilera de viviendas de color ocre que se entiendan en el paseo a orillas del río Dordoña y solo separado de éste por la carretera que une los distintos pueblos. Un par o tres más de hileras de viviendas quedan encaramadas en el acantilado, las últimas directamente apoyadas sobre el mismo. Todo precioso y bien cuidado como es norma habitual por estas latitudes. Con restaurantes y terrazas y con tiendas dedicadas a la venta de los productos que esta tierra produce y, particularmente, foie gras, confit de pato envasado al vacío o en conservas y el afamado aceite de nuez. Sin embargo, la presión de cara al turista no me pareció nada exagerada, al menos a principios de septiembre, de manera que La Roque Gageac, mantiene todo su encanto.

También este pequeño pueblo, que no llega al millar de habitantes, dispone de su castillo, aunque no se encuentra encaramado en el acantilado, si no unos pocos metros río abajo, al final del pueblo. Se trata del Castillo de Malaltrie, que aunque es bastante moderno (del siglo XI) la verdad es que resulta francamente escénico. También dispone de su propia iglesia del siglo XIII. Enclavadas en el acantilado podemos observar, incluso, los restos de unas fortificaciones trogloditas que se sitúan a mitad del abismo, en un lugar francamente sorpendente.



Es casi obligado en La Roque Gageac tomar una de sus populares Gabarras, las embarcaciones que surcan el río en dirección a Beynac. Durante una hora disfrutamos de un plácido paseo pasando por varios castillos, como el que hay al final del pueblo, el de los Jardines de Marqueyssac, que quedan algo más lejos, o el de Castelnaud, que es el punto donde emprenderemos el regreso.

El tour por el río Dordoña es guiado en francés aunque a nosotros nos proporcionan unas audioguías donde se nos irá explicando todo aquello que veremos. Realizamos el trayecto con Gabarres Norbert.


CASTILLO DE CASTELNAUD LA CHAPELLE

Cuando nos apeamos de la Gabarra sabemos que no llegaremos a tiempo de visitar el interior del Castillo de Castelnaud La Chapelle, pues son ya las cinco de la tarde. Sin embargo, en verano los días de alargan, de manera que nos acercamos a este pueblecito, también medieval, que se sitúa en la orilla opuesta del río Dordoña.

Se trata de uno de los grandes castillos que hay que ver en el Perigord Negro, hasta el punto de que es la más visitada entre las fortalezas del sur de Francia. Nuevamente dejamos el coche a las afueras del pueblo y nos acercamos hasta el castillo, a fin de poder tirar algunas fotos de, al menos, las fachadas exteriores. Comprobamos como el pueblecito mantiene su trazado medieval, repleto de recovecos de lo más fotogénicos y con durísimas cuestas que finalmente llegan al castillo.


BASTIDA DE DOMME

Nuestra última visita por el Valle del Dordoña es la Bastida de Domme, que es solo una de las muchas bastidas que hay que ver en el Perigord. De hecho, en nuestra etapa anterior ya visitamos la de Beaumont du Perigord.

La Bastida de Domme es otro precioso pueblo medieval que responde a la arquitectura típica de las bastidas de la época. Que no son más que los pueblecitos medievales fortificados alzados durante la Guerra de los Cien Años que enfrentó a las coronas francesa e inglesa. Es decir, un callejero dispuesto en forma de damero, con la población rodeada de murallas y con una iglesia fortificada que se sitúa justo en el centro de la población.

Domme es otra población bastante turística como lo atestiguan las muchas tiendas dedicadas a la venta de productos gourmet. Sin embargo, son casi las 7 de la tarde de un día laborable (en Francia, las vacaciones escolares terminan una semana antes que en España), de manera que podemos pasear por el pueblo con tranquilidad.

Nos asomamos al vacío desde la terraza que da al Valle del Dordoña para ver una perspectiva diferente a las que hemos tenido en los Jardines de Marqueyssac, por encontrarse este pueblecito justo en la otra orilla del río. A lo lejos se divisa La Roque Gageac, por ejemplo. Entramos también en la iglesia y nos maravillamos con el edificio del antiguo ayuntamiento. Finalmente, damos un paseo hasta el final de la bastida, donde se localiza un antiguo molino.

Por desgracia, no tenemos tiempo de visitar las Cuevas de Domme, que tienen su entrada en la mismísima plaza central de la bastida. Se trata de una de las muchas cuevas repletas de estalagtitas y estalagmitas que se localizan en el Perigord Negro. Aunque nos encantan este tipo de cuevas y hemos visitado un montón, durante este viaje por el Perigord no hemos podido conocer ninguna. Sobre todo, por falta de tiempo y por querer priorizar otros lugares.




Y así termina esta visita por algunos de los lugares que hay que ver en el Valle del Dordoña, esta pequeña parte del Perigord Negro que es también una de las más bellas de esta región histórica.

Si queréis saber más acerca del Valle del Dordoña podéis leer más información en la web de la Oficina de turismo regional.

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