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Visitar una bodega en Logroño. Bodegas Franco-Españolas.

Visitar Bodega Logroño

Visitar una bodega en Logroño resulta casi obligado en una ciudad que está considerada la capital del vino de la Rioja (eso sí, Haro le disputa la capitalidad).

Aunque las posibilidades de visitar una bodega en Logroño son varias (aquí podéis reservar la visita a Bodegas Viña Ijalba o a Bodegas Ontañón, yo os hablaré de la bodega que pudimos visitar nosotros: las Bodegas Franco-Españolas.

Además, si queréis visitar unas bodegas en Logroño, las Bodegas Franco-Españolas es la opción más fácil, porque se localizan en la misma ciudad (justo al otro lado del Puente de Hierro), se pueden reservar fácilmente desde aquí con cancelación gratuita incluida y además están consideradas como una de las mejores bodegas de Logroño.

BREVE HISTORIA DE LAS BODEGAS FRANCO-ESPAÑOLAS

Bodegas Franco-Españolas fueron fundadas en 1890 por viticultores franceses llegados de Burdeos. Estos viticultores huían de la filoxera, un insecto parásito que estaba asolando las vides francesas y que tardaría 30 años en cruzar los Pirineos y afectar también los viñedos españoles.

Ya aquella primera vendimia dio lugar a uno de los vinos que con el tiempo se ha convertido en emblema de las Bodegas Franco-Españolas: el Diamante. El segundo vino que se elaboró fue conocido como Vino Estilo Borgoña, que pasó a denominarse Rioja Bordón en los años 50 del siglo XX. Hoy en día Bordón y Diamante siguen siendo las marcas estrella de Bodegas-Riojanas.

La cuestión es que cuando las vides francesas se recuperaron de la plaga de la filoxera, las bodegas fueron vendidas a viticultores españoles. Eso fue en 1920. Después de pasar por varias manos, en 1984, Bodegas Franco-Españolas fueron adquiridas por el empresario Marcos Eguizábal, cuya familia sigue controlando en la actualidad las que son una de las mejores bodegas de Logroño y de La Rioja.

VISITAR LAS BODEGAS FRANCO-ESPAÑOLAS

La visita a las Bodegas Franco-Españolas empieza con una breve charla en el piso superior, que es donde luego haremos la cata, acerca de la historia de Bodegas Franco-Españolas.

Enseguida bajamos a los sótanos que es donde se ubican propiamente las bodegas. Hay que comentar que si bien en superficie estas bodegas parecen más bien pequeñas, desde las cavas son extensísimas, llegando hasta el Puente de Piedra, que el siguiente que cruza el Ebro.

Durante la visita a las Bodegas Franco-Españolas nos contaran algunas de las particularidades que tienen que cumplir las bodegas de Logroño o de la región para ser incluidas dentro de la Denominación de Origen Rioja. También veremos las distintas barricas que permiten el almacenamiento de miles de litros de vino y su primera fermentación y posteriormente, las barricas más pequeñas, que permiten el envejecimiento de 225 litros de vino. Estas pequeñas barricas, se fabrican con roble americano o francés. En este lugar, como decía, envejecerán los vinos.

Dependiendo del tiempo que pasen en barrica, se convertirán en vinos de Crianza, Reserva o Gran Reserva. Las combinaciones son múltiples. Por ejemplo, el Bordón Gran Reserva está 30 meses combinando barrica de roble americano y roble francés. En cambio el Bordón Crianza se cría en barricas de roble blanco americano y roble francés durante 14 meses y posteriormente permanece 6 meses más en botella, para su afinamiento, antes de ser comercializado.

También nos cuentan lo que es el trasiego. Eso es que cada ciertos meses (cuatro, por ejemplo), se debe separar el vino de aquellas materias sólidas depositadas en el fondo de las barricas durante los procesos de fermentación, como lías y fangos. Además, las barricas se airean para liberar de vino los poros de la madera.

Durante la visita a la que es una de las mejores bodegas de Logroño también tendremos la oportunidad de conocer la galería que alberga los vinos más viejos de Bodegas Franco-Españolas. Algunos de ellos tienen 50 años o más de antigüedad y siguen en perfecto estado de conservación.

CATA DE VINOS RIOJA EN LAS BODEGAS DE LOGROÑO

Casi todas las visitas a las Bodegas de Logroño terminan con una cata. Y en la visita a Bodegas Franco-Españolas no podría ser de otra manera.

La cata empieza con la guía comentándonos las características de una docena de vinos distintos, tanto tintos, como blancos y rosados. Se nos explica que la mayoría se venden en tiendas especializadas y supermercados, pero que algunos son de venta exclusiva en la bodega. Hay vinos más jóvenes, pero también crianzas, reservas y grandes reserva. También algunos vinos blancos más dulces.

Durante la cata tenemos la oportunidad de escoger dos vinos distintos. Isa escoge dos y yo dos más, de manera que como las raciones soy muy generosas, tenemos la oportunidad de catar cuatro vinos distintos. Además, se incluye una ración de embutidos varios y palitos de pan.

La verdad es que nosotros, que somos poco entendidos en vinos, disfrutamos especialmente de los vinos blancos, como el Diamante Blanco Semidulce. Incluso acabaremos comprando una botella. Desde luego, los tintos están también riquísimos.

En total, la visita a las bodegas de Logroño dura aproximadamente hora y cuarto, aunque luego nos dejan el tiempo que queramos para disfrutar de los cuatro vinos. Desde luego, se trata de uno de los lugares imprescindible que ver en Logroño, capital del vino Rioja.

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