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VISITA A UNA FAVELA DE RÍO DE JANEIRO. Favela de Santa Marta.

¿Visitar una favela de Río de Janeiro? ¿pero esto no es muy peligroso? ¿Se puede visitar una favela en Río de Janeiro, por libre y con seguridad? Bueno, pues parece que sí se puede. O esto es lo que hicimos nosotros (y muchos otros visitantes, desde luego) después de informarnos un poco.

Hay centenares de favelas en Río de Janeiro, pero desde luego, no todas se pueden visitar. No hace falta estar muy ducho en la realidad brasileña para saber que buena parte de ellas pasan por ser lugares empobrecidos y donde la delincuencia menor (y también mayor, en lo que hace referencia al narcotráfico) campan a sus anchas. Demasiado a menudo, los problemas en las favelas son portada de los noticiarios europeos, especialmente ahora, que la ciudad se prepara para albergar unos Juegos Olímpicos y el problema de la seguridad está en boca de todos.


Sin embargo, hay una serie de favelas que se consideran pacificadas. Este es el término que se utiliza para designar a una favela cuya delincuencia (al menos, la delincuencia mayor) ha pasado a mayor vida tras un concienzudo programa de intervención política, social y desde luego, policial e incluso, militar. Este es el caso de la Favela Santa Marta, que fue pacificada en 2008, de manera que es posible visitar esta favela de Río, con bastante seguridad. La podéis visitar por vuestra cuenta, con cierta precauciones, claro está, o contratando un tour guiado que incluye la subida en funicular y el guía en español.

Si vais por vuestra cuenta, la lógica de estar visitando una zona que ha sido en extremo conflictiva, y que sigue siendo un barrio extremadamente humilde, hace que unas mínimas medidas de seguridad deban ser tenidas en cuenta. Que menos que visitar la favela a pleno sol y sin hacer ostentaciones.

Sin embargo, como decía, es posible hacer rutas guiadas por la favela, actividad de la que se encargan varias asociaciones de vecinos. Esta actividad, elogiada por algunos viajeros que la han realizado, permite conocer de primera mano la realidad social de la favela, a la vez que sus beneficios económicos repercuten, al menos en parte, en la propia comunidad.

En mi caso, hice la visita a la favela de Santa Marte por libre (no completamente, como comentaré) pues, aunque envié un par de mails a los guías que se encargan de hacer esta suerte de tour guiado, no tuve buen feedback. Ahora, con el servicio de civitatis ya no es necesario ir enviando  mails arriba y abajo. Solo hay que contratar el tour aquí.

La favela, por cierto, se hizo famosa cuando fue utilizada como plató para un video clip de Michael Jackson. El rey del pop rodó en la propia favela de Santa Marta tras, eso sí, pedir permiso a los narcotraficantes que, por aquel entonces, eran dueños y señores de la favela de Santa Marta.

VISITA A LA FAVELA DE RÍO DE JANEIRO: FAVELA DE SANTA MARTA.

Para llegar a la favela de Santa Marta no hay pérdida. Hay que bajarse en la estación de metro de Botafogo y tomar la Rua San Clemente. Tras unos quince minutos de andadura se llega a una especie de placita, a mano derecha, donde empieza la favela, que queda ubicada en uno de los muchos promontorios que dominan la ciudad de Río.

Un curioso medio de locomoción, a medio camino entre el ascensor y el funicular, permite sortear la enorme pendiente donde se ubica la favela. El bondinho de Santa Marta, que así llaman al artilugio, supuso un enorme paso adelante cara al bienestar de la población cuando se inauguró, en 1998. La parte anterior del funicular sirve para subir mercancías, mientras la posterior es la dedicada a las personas. La verdad es que se agradece no tener que subir los muchos cientos de escalones que suben ladera arriba, a plena luz del día y bajo un sol abrasador.

Son 5 las estaciones del bondinho de Santa Marta, o mejor dicho, de los bondinhos, pues en realidad son dos (un aparato desde la primera a la tercera estación, y un segundo, desde la tercera hasta la quinta). Subimos hasta la quinta y última estación, pero antes de empezar el descenso, nos dirigimos un poco más arriba, pues tras pasar el puesto de la policía (desde la pacificación se ubica en la favela de Santa Marta un puesto de policía de forma continua), una calzada, asfaltada hace un par de años, nos acerca hasta el conocido como Mirador de Pedrao. En este momento, ya se me ha unido un vecino de la comunidad, que me da conversación en brasileño, de la que pillo más bien poco. Se ofrece a acercarme al mirador y posteriormente a darme una vuelta por la favela. Aunque mi idea era visitar la favela de Río de Janeiro sin guía alguno, acepto de buen grato su compañía, a sabiendas de que tan solo busca una propina. Aunque en un primer momento no vea claro su presencia, me dejo guiar por el sexto sentido, y decido confiar en la buena fe del personaje. Pienso que, quizá, con mi nuevo amigo, de nombre Emerson, pueda sentirme un poco más libre de tomar fotografías. Aunque quizá haya sido una temeridad aceptar su compañía, que nunca se sabe.


La cuestión es que me acerca al mirador de Pedrao desde donde se tienen unas vistas enormes de Rio de Janeiro. No es difícil distinguir la Laguna de Freitas, el Cristo de Corcovado, el Pan de Azúcar o los distintos barrios, como Botafogo, Ipanema o Copacabana. Extraordinaria la vista, de manera que, en un ataque de optimismo, le cedo la cámara fotográfica a Emerson para me eche unas fotos con la panorámica al fondo. No estoy seguro de que Emerson hubiera utilizado antes una cámara réflex, porque lo cierto es que me cuesta hacerle entender cómo debe tirarme la fotografía en cuestión, pero la verdad es que en ningún momento temo, ni por la cámara, ni por mi integridad.

Visitado el mirador empezamos a descender por las escaleras hasta llegar a nivel de la estación 4 del bondinho. Aquí encontramos el que es conocido como Largo de Michael Jackson, pues es donde se grabó parte del video clip del Rey del Pop (lo podéis ver si pincháis en el video). Una estatua y un bonito mural conmemora la efeméride. Las vistas de la ciudad de Río desde esta pequeña plaza abalconada son también bien bonitas.




Seguimos bajando, encontrándonos todo lo que podríamos encontrar en cualquier barrio de cualquier gran ciudad. Bares, pequeños colmados, barberías, escuelas, iglesias. Todo “suspendido” de la montaña, pues la verdad es que el pendiente de la colina (y de las escaleras) es muy importante. Destaca el color en que están pintadas varias de las viviendas de la favela de Santa Marta. Ello es fruto de un programa social, que piensa que por medio de la pintura y el arte se puede contribuir al bienestar social de la favela. El Favela Painting Project, busca subvenciones para conseguir el material para llevar a cabo el proyecto y es una bonita iniciativa ideada por una pareja de holandeses.

En algo más de 20 minutos hemos descendido la favela. Sin pausa, pero sin prisa, aunque Emerson se ha quedado a medio camino una vez cobrada su propinilla. La verdad es que la vida debe ser difícil aquí. La gente es humilde y con pocos o nulos estudios y los índices de paro son muy elevados. Sin embargo, la gente aquí está por la paz. Saben que esta es la única salida posible para mejorar, poco a poco, su nivel de vida.

La verdad es que vale la pena visitar una favela en Río de Janeiro (en este post podéis ver otras cosas que vale la pena hacer en Río) y la favela de Santa Marta, es ahora mismo, una favela segura para que el visitante pueda hacerse una idea de cómo es la vida en una favela sin temer por su seguridad.

DONDE DORMIR EN RÍO DE JANEIRO

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