La excursión a la Calzada del Gigante desde Dublín es una de las más interesantes que se pueden hacer desde la capital irlandesa. Probablemente junto al tour a los Acantilados de Moher sea la más interesante de las excursiones desde Dublín.
En nuestro caso, esta ha sido la segunda vez que tenemos la posibilidad de visitar este importante enclave de Irlanda del Norte. La primera vez, hace algunos años, pudimos visitar la Calzada del Gigante desde Belfast, en una excusión que nos permitió conocer también la destilería Bushmills y el Castillo de Dunluce . El Tour a la Calzada del Gigante desde Belfast también se detiene en el puente colgante Carrick-a-Rede. Sin embargo, en aquella ocasión no pudimos disfrutar de él debido al fuerte viento de aquella jornada.
La verdad es que si se quiere aprovechar la jornada, una muy buena manera de visitar la Calzada del Gigante desde Dublín es realizando una excursión en español (nosotros hicimos ésta, podéis mirar aquí los precios). En este caso, también se incluye una visita de unas tres horas por Belfast (una hora de visita panorámica en bus y otras dos horas de tiempo libre para descubrirla a pie). Nosotros ya conocíamos Belfast de nuestra última visita a Irlanda. Sin embargo, no nos importó recorrer de nuevo la capital de Irlanda del Norte ni que fuera en estas tres horas en la ciudad.
Otra posibilidad es visitar la Calzada del Gigante desde Dublín por vuestra cuenta, aunque en transporte público y en una sola jornada resulta casi imposible. En este post os contamos las distintas manera de visitar la Calzada del Gigante desde Belfast o Dublín.
LA CALZADA DEL GIGANTE, UNA MARAVILLA DE LA NATURALEZA.
Pero, ¿Por qué decidimos visitar la Calzada del Gigante desde Dublín? ¿Qué es exactamente? Pues la Calzada del Gigante es un extraordinario enclave natural situado en el norte de la isla (de hecho, en días claros podría llegarse a divisar la Escocia desde allí).
La Calzada del Gigante es, exactamente, un curioso paisaje formado por unas 40.000 columnas basálticas que es la forma que toma la lava incandescente cuando se enfría rápidamente. La Calzada del Gigante es, por tanto, el resultado de una erupción volcánica que, según los expertos, sucedió hace unos 60 millones de año.
La forma que tiene el basalto de agruparse es formando columnas hexagonales, algo que ya hemos visto en otros lugares como el la Cascada Svartifoss del Parque Nacional Skaftafell de Islandia. Sin embargo, en la Calzada del Gigante no solo encontramos estas columnas hexagonales de gran tamaño, si no otras muchas más pequeñas e incluso algunas de reducido tamaño que se sitúan ya en la orilla, acabando por esconderse por debajo de la superficie del océano. Es en este punto en que las columnas basálticas de la Calzada del Gigante parecen, ciertamente, las baldosas hexagonales de una calzada.
Pero, ¿por qué se le llama Calzada del Gigante? Es aquí donde entra en juego la leyenda. Cuenta una vieja historia irlandesa que dos gigantes, uno escocés (Bennandoner) y otro irlandés (Finn) estaban enfrentados. El escocés aprovecho la calzada formada de tanto tirarse rocas para ir en busca del irlandés a su propia casa (de ahí el nombre de Calzada del Gigante). La cuestión es que Bennandoner era tres veces el tamaño del irlandés, de manera que a la mujer de Finn se le ocurrió la genial idea de vestir a su marido con ropa de bebé. Cuando el gigante escocés lo vio, pensó que si aquél era el hijo de Finn, cómo debía ser su padre. Fue de esta manera como Bennandoner huyó a su Escocia natal sin enfrentarse a Finn. En su huida y pisando fuerte sobre las rocas, hundió parte de la superficie, de manera que en la actualidad solo podemos ver el pequeño tramo de la calzada que quedó.
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CÓMO ES LA EXCURSIÓN A LA CALZADA DEL GIGANTE DESDE DUBLÍN.
La Excursión a la Calzada del Gigante desde Dublín parte a las 7.30 de la mañana desde el centro de la capital irlandesa. Se tardan unas tres horas y poco para cubrir el trayecto, incluyendo una parada de unos 20 minutos.
El bus aparca justo en el parking que queda junto el Área de visitantes de la Calzada del Gigante. Desde este punto nos dejan aproximadamente una hora y media para visitar la Calzada del Gigante por nuestra cuenta.
Desde el Centro de Visitantes de la Calzada del Gigante hasta el lugar donde se ubican las columnas basálticas hexagonales hay aproximadamente 1.5 km de bajada. Se puede realizar en shuttle-bus o a pie. Yo bajé a pie y no tardé más de 20 minutos, tras hacer varias paradas para tomar fotografías.
La verdad es que el paisaje, con un buen número de preciosos acantilados que en ocasiones caen a pico sobre Océano Atlántico y en otras terminan con un suave prado verdoso, resulta espectacular. Hace algo de viento, pero nada en relación a cuando hicimos esta misma visita desde Belfast, hace unos años.
Tras el paseo en descenso, llegamos a los que es propiamente la Calzada del Gigante. Es decir, donde se sitúan las 40.000 columnas basálticas que convierten a este paisaje en uno de los más bellos de Europa. Algunas de estas columnas, como conté, se pierden en el Atlántico, resultando lo verdaderamente curioso y original en relación a otras columnas basálticas hexagonales que hemos conocido.
Tras disfrutar más de una hora de este maravilla, a ratos con sol y a ratos con lluvia (exactamente igual que al visitar los Acantilados de Moher), regresamos al autobús para seguir esta excursión a la Calzada del Gigante desde Dublín. La ciudad de Belfast, será nuestro siguiente destino.