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Visitar el Capricho de Gaudí, en Comillas.

Visitar el Capricho de Gaudí

El Capricho de Gaudí es como se conoce una de las pocas obras que Antonio Gaudí, el más importante arquitecto modernista de España, diseñó fuera de Cataluña.

El Capricho de Gaudí, cuyo nombre oficial es Villa Quijano, es el edificio más importante que ver en Comillas, una población cántabra donde trabajaron los más importantes genios del modernismo en España, incluyendo también Lluís Domènech i Montaner.

En este artículo os vamos a contar cómo visitar el Capricho de Gaudí y qué es exactamente esta maravilla que se encuadra dentro de la etapa orientalista de Gaudí.

CÓMO VISITAR EL CAPRICHO DE GAUDÍ

Podéis visitar el Capricho de Gaudí por libre o de la mano de una visita guiada en español.

Desde luego, os recomiendo la visita guiada, que hay que reservar de manera anticipada y que tiene el mismo precio que el propio billete de entrada. Se realiza en español y tiene una duración de 45 minutos.

Incluso más interesante resulta la visita guiada por Comillas (reservar aquí), que se realiza cada día y que incluye tanto la visita guiada por la ciudad como la entrada y visita guiada a Comillas. Todo el recorrido en español, aunque las plazas son limitadas.

En este artículo os hablamos, específicamente, de las mejores visitas guiadas y free tour por Comillas en español.

Los horarios para visitar el Capricho de Gaudí son los siguientes:

  • Horario de Verano (julio y agosto): cada día, de 10.30 a 21.00
  • Horario de invierno (noviembre a febrero): cada día, de 10.30 a 17.30
  • Horario de primavera y otoño (marzo a junio y septiembre a octubre): de 10.30 a 20.00

QUÉ ES EL CAPRICHO DE GAUDÍ

Villa Quijano, que este es el nombre real del Capricho de Gaudí de Comillas, es un palacete que el abogado Máximo Díaz de Quijano encargó en 1883 al joven arquitecto Antoni Gaudí.

Máximo Díaz estaba directamente relacionado con la figura de Antonio Díaz, Marqués de Comillas, un rico indiano que había hecho fortuna en las Américas. Muchos de los edificios modernistas de Comillas están relacionados, de una u otra forma, con el Marqués de Comillas, auténtico dinamizador de la población. Máximo Díaz era su abogado, pero además, su concuñado.

Gaudí, que fue quien diseñó el ahora conocido como Capricho de Gaudí, en realidad dirigió los trabajos en la distancia. De hecho, quien ejecutó la obra fue Cristóbal Cascante, arquitecto compañero de promoción del Gaudí, que trabajó en varios de los proyectos modernistas de la Comillas de la época, incluyendo el fastuoso Palacio de Sobrellano, del que fue director de obra.

Para el Capricho de Gaudí, el arquitecto de Reus hizo uso de los materiales habituales del modernismo, incluyendo las cerámicas vidriadas, el hierro forjado o las maderas.

Sin embargo, este trabajo se sitúa en lo que ha venido a llamarse la etapa orientalista de Gaudí, cuando se inspiró en el arte de Medio Oriente, pero también en el arte islámico hispánico, como el mudéjar y nazarí. En este sentido, el Capricho de Gaudí se acerca bastante a la Casa Vicens de Barcelona, una de las obras de Gaudí en Barcelona, aunque varios de los detalles del mismo, incluida su torreta, nos recuerdan mucho la forma de una mezquita.

LA VISITA AL CAPRICHO DE GAUDÍ DE COMILLAS

Pudimos visitar el Capricho de Gaudí de la mano de la visita guiada que incluye el recorrido por población y fue un acierto.

El Capricho de Guadí se articula alrededor de un invernadero central. En total, son siete estancias en las que no se ha conservado el mobiliario original, aunque sí que se expone un conjunto de muebles diseñados por el arquitecto en el desván del primer piso, al que se accede desde dos escaleras de caracol. Además, en el semisótano se encontraban la cocina, las despensas y los trasteros.

Por lo visto, Antonio Díaz de Quijano, el promotor de la obra, era un reconocido melómano e incluso llegó a componer algunas melodías. Es por este motivo que iremos encontrando referencia al mundo de la música. Las manillas de algunas ventanas, por ejemplo, tienen forma de corcheas; y las barandillas del primer piso, diseñadas en hierro forjado, están ornamentadas mediante claves de sol.

Antes de visitar el interior del Capricho de Gaudí, nos fijaremos en las fachadas. En la ornamentación exterior, destacan el conjunto de franjas horizontales de sillares en la parte baja. Por encima de estas,  encontramos un alternado de franjas verdes de cerámica vidriada ornamentadas con flores amarillas de girasol, con franjas de ladrillo visto.

En la parte alta de la cornisa, la cerámica vidriada verde con las flores amarillas se multiplica. También el tejado a dos aguas está revestido, en parte, con  cerámica vidriada.

Sin embargo, lo que más llama la atención del aspecto exterior del Capricho de Gaudí, es su torreta, que alcanza los veinte metros de altura. Este elemento nos lleva directamente al mundo oriental,  por recordarnos el alminar de una mezquita. Esta estructura, sustentada por cuatro columnas con capiteles, se yergue sobre el pórtico de acceso a la vivienda.

EL INTERIOR DEL CAPRICHO DE GAUDÍ

De las siete estancias existentes en la planta noble del Capricho de Gaudí, quizá la más importante sea la del salón principal, con 35 metros cuadrados de área. Como todas las habitaciones que visitaremos, se trata de un espacio bastante sobrio. Nada que ver con los diseños que tan famoso harían a Gaudí en un futuro.

En esta estancia merece la pena fijarse en las soluciones que Gaudí diseñó para el cierre de las ventanas. A veces, son cosas de este tipo para lo que sirven las visitas guiadas y de las que, realizando el recorrido por libre, no te enteras.

También se visitan lo que era la sala de juegos, con suelos de parqué y artesonado de madera en el techo. Se trata de la estancia más ornamentada de todo el Capricho de Gaudí.

La mayor habitación, sin embargo, era la del dormitorio principal, con sus 42 metros cuadrados. Tenía acceso directo a la terraza.  Esta habitación también se cierra con un artesonado de madera, que es más interesante del Capricho de Gaudí.

El invernadero central, bien curioso también, igualmente nos recuerda la afición de Díaz de Quijano por el mundo de la botánica. Lo curioso del caso es que el invernadero es anterior a la existencia del Capricho de Gaudí, de manera que el arquitecto diseñó todo el edificio alrededor de una estructura ya presente previamente.

La verdad es que visitar el Capricho de Gaudí fue el motivo principal que nos llevó a conocer Comillas y la visita no nos defraudó en absoluto. Sin embargo, Comillas es mucho más que esta obra de Gaudí, de manera que haréis bien en dedicar un día entero a visitar y recorrer esta población cántabra.

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