No ha sido una tarea nada fácil abrir al público la Casa Vicens de Barcelona. El proyecto de rehabilitación y adecuación museística de la vivienda, financiado de modo íntegra con capital privado (el banco andorrano MoraBanc) se ha demorado más de tres años. Sin embargo, los trabajos han resultado exitosos de manera que la con la incorporación de la Casa Vicens a la Ruta Modernista de Barcelona, la practica totalidad de los edificios proyectados por Antoni Gaudí podrán ser visitados. A excepción, eso sí, del Colegio de las Teresianes, que sigue desempeñando sus funciones como escuela y que no está abierto a las visitas turísticas
LA CASA VICENS, UNA DE LAS PRIMERAS OBRAS DE ANTONI GAUDÍ.
Antoni Gaudí recibió el encargo de alzar la Casa Vicens de Barcelona en 1883, cuando solamente contaba con 31 años de edad y estaba lejos de la fama que alcanzaría en las décadas siguientes. Fue Manel Vicens i Montaner, del que poco se sabe más allá de que trabajaba como agente de cambio y bolsa, quien encargaría el proyecto al joven arquitecto. Se trataría, en cualquier casa, no de la vivienda habitual de los Vicens si no de una residencia estival apartada del centro de Barcelona.
Algo menos de tres años se demoraron los trabajos de edificación de la Casa Vicens de Barcelona, que se distribuyó en cuatro niveles. El sótano era el dedicado a los almacenes; la planta baja era la destinada a la vida familiar con el comedor, la sala de estar, el fumadero y las cocinas; en la primera planta se distribuyeron los dormitorios familiares; y en el bajocubierto, finalmente, se situaron las dependencias dedicadas al servicio doméstico.
Curiosamente, lo que podemos visitar en la actualidad en la Casa Vicens de Gaudí no es solo el proyecto inicial del arquitecto de Reus si no, también, la ampliación llevada a término en 1925 por Joan Baptista Serra de Martínez, quien convirtió la vivienda inicial de tres fachadas en una mansión a cuatro vientos siguiendo, eso, sí los consejos y el estilo proyectado por Antoni Gaudí.
La construcción de la Casa Vicens de Barcelona coincide en el tiempo con la edificación de Villa Quijano en la ciudad cántabra de Comillas. En realidad, se podría hablar de que ambas obras son primas hermanas pues las coincidencias de estilo son enormes y bien alejadas de las que llevaría a Gaudí a ser considerado como el más grande de los arquitectos modernistas catalanes con obras de la talla de la Casa Batlló, la Casa Milà o la Sagrada Familia de Barcelona.
VISITA A LA CASA VICENS DE BARCELONA
La visita a la Casa Vicens de Barcelona permite conocer los 4 niveles en que se estructura la obra, así como el patio de la misma. Enseguida nos damos cuenta de que, aunque se trata de un Gaudí que podríamos catalogar como muy primitivo, el arquitecto ya utiliza buena parte de los materiales que se convertirán en seña de identidad del modernismo: la cerámica vidriada, los yesos, el hierro forjado o la madera son algunos de ellos.
La restauración de la Casa Vicens ha permitido recuperar el esplendor de la preciosa fachada principal, en la Calle Carolines, donde las baldosas cerámicas que se sobreponen a los paramentos de piedra son los elementos más destacados, aunque no menos relevantes son los trabajos realizados en hierro forjado y que decoran tanto la verja de entrada como las protecciones de ventanas y los balcones. La fachada es culminada con una suerte de torretas a medio camino entre lo medieval y lo orientalizante, aunque menos esbeltas que las que encontramos en el Capricho de Comillas, donde la torre principal semeja claramente un minarete.
Empezamos la visita a la Casa Vicensentrando por la puerta principal, de madera y original. En esta planta baja se distribuye el salón comedor, la sala de estar y una suerte de fumadero, de aires también orientales y que recuerda a los mocárabes árabes. Era esta última la zona dedicada, a buen seguro, a los debates entre hombres.
En casi toda la Casa Vicens, y esta planta baja no es una excepción, destacan los extraordinarios techos, con preciosas decoraciones cerámicas en los entrevigados, siempre con motivos distintos, pero entre los que dominan los vegetales.
El comedor es el espacio mejor conservado en lo ornamental. Se ha podido preservar la práctica totalidad del mobiliario original que queda integrado en la propia pared y donde destacan los muchos lienzos de Francesc Torrescassana, que el pintor realizó sobre tela y sobre la propia madera. Los esgrafiados son también de excepción en esta sala, algo menos habitual en el modernismo, pues esta técnica era, básicamente, la escogida para la ornamentación de las fachadas.
El comedor de la Casa Vicens da salida a una tribuna que en su origen se abría al jardín, pero que tras las rehabilitaciones del 1925 se cerró. Unos porticones basculantes permiten cerrar el espacio. Sin embargo, lo más bello de la tribuna es la original decoración de los techos de la misma.
No menos interesante es el citado fumador que se abre al comedor del primer piso. Se trata de un espacio de reducidas dimensiones que dispone de un preciocista techo decorado semejando mocárabes y pintado en azul y amarillo. Es curioso como Antoni Gaudí, que no había viajado más allá de la Península Ibérica, incorporó elementos decorativos representativos de otras latitudes para esta y otras obras posteriores. El papel mache, y no la cerámica, fue el material escogido para decorar esta estancia.
En la primera planta se dispone lo que podríamos llamar la zona de noche de la Casa Vicens de Gaudí. Es decir, básicamente, los distintos dormitorios y baños de la vivienda. Aunque poco se ha podido conservar del mobiliario original de la Casa Vicens, los trabajos de restauración de suelos, paredes y techos han sido realmente encomiables, devolviendo el esplendor inicial y la paleta de colores original a un inmueble que tiene 130 años de antigüedad.
Cada uno de los dormitorios tiene su propia decoración, destacando los estucos y esgrafiados de las paredes y la decoración cerámica de los entrevigados. El trampantojo pintado en la pequeña habitación que se sitúa justo encima del comedor es otro de los puntos más destacados de esta maravillosa Casa Vicens de Gaudí.
En la segunda planta, el bajocubierto, se disponían las distintas estancias dedicadas al servicio doméstico. Era, por tanto, una zona de nula ornamentación. Sin embargo, el espacio se ha adecuado para dar cabida a la exposición permanente que pone en contexto la Casa Vicens, con planos y distintas maquetas de la vivienda, así como las distintas exposiciones temporales que están previstas de programar. Así mismo, un audiovisual de unos seis minutos de duración se encarga, igualmente, de contextualizar el movimiento modernista y la construcción de la Casa Vicens en la Barcelona del último tercio del siglo XX.
Finalmente, el sótano se ha dedicado a los servicios así como la tienda de recuerdos.
La verdad es que visitar la Casa Vicens de Barcelona se convierte en una experiencia altamente recomendable y que no decepcionará a los admiradores del modernismo. Además, los seguidores de la obra de Gaudí encontrarán aquí una obra distinta a sus otros trabajos. Una obra que nos anticipará lo que está por venir, el momento álgido del modernismo catalán.
VISITA A LA CASA VICENS DE BARCELONA. PRECIOS Y HORARIOS.
La visita a la Casa Vicens de Barcelona se estructura de forma libre, sin audioguías. Sin embargo, por un pequeño suplemento se puede acceder a una visita guiada.
Horarios de visita:
- Abierto todos los días.
- De lunes a domingo, de 10:00 a 20:00, último acceso 19:20
- Días de cierre: 25 de Diciembre / 1 y 6 de Enero
Precio de la entrada a la Casa Vicens:
- General: 16€
- Reducida: 14€
- Menores de 7 años: gratuita
Con la visita al Piso de La Pedrera termina nuestra visita a la Pedrera o Casa Milà, una de las más interesantes de Barcelona y uno de los emblemas, además, de la Ruta del Modernismo de la Ciudad Condal.