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ROTHEMBURG. ¿El pueblo más bonito de Alemania?

Rothemburg ob der Tauer no solo es la joya de la Ruta Romántica sí no uno de los pueblos más bellos de Alemania. Para muchos el que más. Y no es raro que opinen así de esta pequeña población de poco más de once mil habitantes, pues tiene todos los ingredientes que se le suponen a lo que podríamos llamar un pueblo de cuento de hadas.

Poco importa que Rothemburg sufriera graves daños durante la Segunda Guerra Mundial. La población fue reconstruida por completo y hoy luce mejor que nunca. Al fin y al cabo, la bella Rothemburg ob der Tauer ya renació de sus cenizas tras sufrir los envites de la Guerra de los Treinta Años durante el siglo XVI y, posteriormente, hizo lo propio tras la desgracia de la peste.

Pues bien, Rothemburg ob der Tauer ha supuesto la primera de las paradas durante nuestro viaje a Baviera.

ROTHEMBURG EN LA HISTORIA.

Antes de contaros acerca de los principales lugares que hay que ver en Rothemburg ob der Tauer, permitidme cuatro pincelas acerca de la historia de la ciudad. Se sabe de la existencia de la existencia de algunos enclaves humanos en el valle del Tauber desde mediados del siglo X. Sin embargo, es en 1142 cuando Conrado III acomete la construcción de un primer castillo imperial que sería abandonado al cabo de poco más de 25 años.

Para aquel entonces, a la vera de ese primer castillo ya había crecido un núcleo poblacional que a la postre se convertiría en Rothemburg ob der Tauer que, por cierto, significa algo así como La fortaleza roja sobre el (río) Tauer.

El desarrollo de la vieja Rothemburg fue progresivo en los siguientes años, particularmente cuando el rey Rodolfo de Habsburgo le concede el título de Ciudad Libre Imperial. Ello llevó a los momentos de mejor esplendor de Rothemburg, un periodo que duró unos dos siglos y medio. La Guerra de los Labradores, del siglo XVI, y la de los Treinta Años, en el XVII, junto a los estragos propiciados por la epidemia de peste casi logran destruir por completo Rothemburg. Incluso en 1802 la población perdió su condición de ciudad libre y fue anexionada a Baviera y posteriormente, tras la creación de Alemania, al nuevo estado.

Tampoco el siglo XX fue especialmente proclive para Rothemburg que sufrió los avatares de la Segunda Guerra Mundial. Sin embargo, tras las contienda, los trabajos en pos de la recuperación del patrimonio histórico se llevaron al extremo y la verdad es que la imagen de pueblecito ideal regresó a Rothemburg en el último tercio del siglo XX, para convertirse nuevamente en una de las más bellas ciudades de Alemania.

QUÉ VER EN ROTHEMBURG OB DER TAUER

Como escribía, todo en Rothemburg ob der Tauer parece situado en su justo lugar. Las múltiples casas de entraMado de madera (que nos recuerda a varias de las poblaciones visitadas en Alsacia y la Selva Negra), sus distintos templos góticos, la bellísima Plaza del Mercado con el palaciego Ayuntamiento, las reconstruidas murallas con sus múltiples torreones y las distintas puertas que permiten la entrada al centro histórico. Una villa, como digo, que responde a todos los cánones que se le suponen a lo que llamaríamos un pueblecito de cuento.

LA PUERTA DE WURZBURGO

Dejamos el coche en uno de los parkings que quedan fuera de las murallas, concretamente el P4 que queda justo enfrente de la Puerta de Wurzburgo. Es la primera de las distintas puertas que hay que ver en Rothemburg y que suponen las distintas vías de acceso a la ciudad intramuros.

Unas empinadas escaleras permiten el acceso a las murallas para acometer el camino de ronda a las mismas. Sin embargo, sabemos que la ruta entera dura más de dos horas de manera que lo dejamos para más tarde.

LA TORRE BLANCA

La Calle Galgengasse nos lleva a la Torre Blanca, del siglo XII, que no es más que una de las muchísimas torres que tendremos la oportunidad de conocer. Ya encontramos en estos primeros tramos una constante que se repetirá a lo largo de nuestra visita a Rothemburg ob der Tauer. Se trata de las muchísimas edificaciones construidas con la técnica del entramado de madera. Cierto que varias de ellas han sido reconstruidas tras las destrucciones ocasionadas durante la Segunda Guerra Mundial, pero muchas otras tienen más de ocho siglos de historia a sus espaldas.

LA TORRE DE SAN MARCOS Y EL ARCO DE ROEDER.

En este punto doblamos por Pfargasse para buscar uno de los puntos más pintorescos del pueblo. Me refiero a otra de las torres que hay que ver en Rothemburg, de nombre Torre de San Marcos, que formaba parte del primer recinto amurallado de la ciudad y que data de principios del siglo XIII. El arco que queda debajo de la torre es conocido como Arco de Roeder.

LA PLAZA DEL MERCADO, LA MÁS BELLA QUE VER EN ROTHEMBURG.

Hafengasse nos lleva en tres minutos, porque en esta villa todo está cerca, a la más bella de las plazas que hay que ver en Rothemburg: la plaza del Mercado o Marktplatz. El espacio está rodeado de bonitos edificios, pero es justo en el centro de la plaza donde encontramos algunos de los lugares más importantes que ver en Rothemburg.

El primero de ellos, el Ayuntamiento, con una parte delantera renacentista y una trasera gótica. Por desgracia el acceso a la torre, que se eleva a 60 metros está hoy cerrado. Una pena porque está claro que las vistas deben ser espectaculares. El segundo de los edificios que nos llama la atención es el que hoy desempeña las funciones de oficina de turismo y que en su momento era una taberna reservada a los concejales de la población.


El tercer edificio da a la calle Herrngasse y es el de las Bóvedas Históricas. Se trata de un bellísimo pasadizo gótico abovedado. A la izquierda se abre un museo que recrea la historia durante la Guerra de los Treinta Años, aunque no lo visitamos.

LA CASA DE LA NAVIDAD DE ROTHEMBURG

Justo enfrente de la entrada a las Bóvedas Históricas y en Herrngasse encontramos uno de los lugares más curiosos que hay que ver en Rothemburg. Me refiero a la Casa de la Navidad o Käte Wohlfahrt, que es tienda y museo al mismo tiempo y donde, curiosamente, la Navidad se celebra durante todo el año. Aquí podréis admirar y comprar todo tipos de adornos que hacen referencia a las fechas navideñas. Se trata de una suerte de mercadillo navideño que abre durante todo el año. La verdad es que merece mucho la pena, de manera que os aconsejo que no os lo perdáis. Por cierto, si no recuerdo mal, visitamos uno muy semejante en Triberg, en la Selva Negra.



En la misma calle, enfrente de esta casa de la Navidad, encontramos una de las varias fuentes que podremos ir viendo durante la visita a Rothemburg. Esta es la Fuente de San Jorge, que durante la Semana Santa está decorada con muchísimos huevos de Pascua de colores.

EL CASTILLO DE ROTHEMBURG

Esta misma calle nos llevará hasta el Jardín del Castillo, tras dejar a mano izquierda la gótica iglesia de los franciscanos, que es la más antigua de Rothemburg y fue alzada a finales del XIII. Pasamos por debajo de la Torre del Castillo para acceder al Jardín del Castillo. Nada queda de aquel castillo que dio paso a la población de Rothemburg, más allá de la Capilla de San Blas. Sin embargo, desde esta situación se disfruta de unas excelentes vistas del Valle del Río Tauber, con múltiples viñedos y con parte del recinto amurallado accesible a nuestros ojos. Pena que el día, neblinoso a rabiar, empañe el momento.


EL MUSEO DEL CRIMEN Y LA TORTURA

Burggasse nos lleva ahora a uno de los museos que hay que ver en Rothemburg. Se trata del Museo del Crimen y la Tortura y se ubica junto a la iglesia de San Juan. Uno podría pensar que se trata de uno más de los muchos museos dedicados a la tortura que se ubican en poblaciones de carácter medieval. Pero os aseguro que este merece muchísimo la pena. No solo encontraréis aquí todo tipo de artilugios dedicados a la tortura desde la época medieval si no también un buen número de manuales que describían con todo lujo de detalles en qué consistía este arte de la tortura, porque da la sensación que como tal era tratado, dando cobertura legal a este tipo de actos. También encontramos múltiples objetos, particularmente máscaras diseñadas para ridiculizar y vejar a todo tipo de personajes.

SAN JACOBO

Algo que nos ha sorprendido al visitar Rothemburg es que en sus adoquinadas callejuelas se distribuyen multitud de conchas. Ello no puede significar nada más que también por aquí pasa uno de los Caminos de Santiago. Y, con este fin, nos dirigimos a la más importante de las iglesias de la población, la dedicada a San Jacob, un enorme templo gótico de principios del siglo XIV que guarda una preciada reliquia: tres gotas de la mismísima sangre de Cristo.

LAS MURALLAS DE ROTHEMBURG

Tras callejear un buen rato y descubrir preciosos rincones como el de la Torre Sieber, es momento de subir a las murallas. Y es que otra cosa que hay que ver en Rothemburg es el mismo pueblecito desde las alturas. Y ya que no pudimos subir a la torre del ayuntamiento, que menos que realizar parte del camino de ronda que, además, es gratuito. Subimos a las murallas a través del Bastión Klingen para recorrer la zona norte de las mismas hasta llegar a la Puerta de Wurzburg o del Patíbulo que es, precisamente, por donde hemos accedido al centro histórico de Rothemburg.

La verdad es que el paseo ha sido apasionante. Una población de cuento que con razón sale incluida en lugares de honor en todas las listas de ciudades más bonitas de Alemania y que supone uno de los puntos de mayor interés de la que es conocida como Ruta Romántica.

Hay mucho que ver en Rothemburg, de manera que no escatiméis tiempo para el que es uno de los lugares imprescindibles de Baviera.


CÓMO LLEGAR A ROTHEMBURG OB DER TAUER

La mejor manera de llegar a Rothemburg es hacerlo en coche propio de alquiler. De esta manera se pueden visitar otros pueblecitos cercanos de la ruta Romántica como Dinkelsbühl o seguir luego el trayecto a Wurzburg, como fue nuestro caso.

Alquilamos nuestro coche a través de Auto Europe. Es un intermediario de alquiler de coche que permite comprar entre varias empresas de alquiler de coches, para obtener los mejores precios para cada destino. Auto Europe tiene la opción de reservar, con un suplemento, con el método de “devolución de la franquicia”. Con este método, en caso de que el proveedor os cobre la franquicia, Auto Europe se hace cargo de ella. Nosotros no lo hicimos y nos arrepentimos de ello.

También podéis llegar a Rothemburg en transporte público. En tren de DH Bahn os llevará a Rothemburg desde Múnich (3 horas y media), Núremberg (1 hora y media) o Wurzburg (50 minutos).

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