Las Cascadas de Ouzoud son las más famosas y las mayores de Marruecos. Nosotros decidimos visitar las Cascadas de Ouzoud en una excursión desde Marrakech.
De hecho, se trata de una de las más habituales y mejores excursiones desde Marrakech, de manera que si vais a visitar la capital turística de Marruecos y os sobra un día, visitar las Cascadas de Ouzoud es una muy buena opción (la otra, es hacer una excursión a Essaouria, que también nos gustó mucho).
Dos cosas más a tener en cuenta: visitar las Cascadas de Ouzoud es gratis (no hay que pagar entrada para acceder a este paraje natural). Y la segunda: al llegar, varios guías se ofrecerán para llevaros. No hace falta, los senderos de acceso a las Cascadas de Ouzoud están perfectamente marcados. No hay pérdida posible, además de que raramente vais a estar solos en ningún momento.
TABLA DE CONTENIDOS
CÓMO VISITAR LAS CASCADAS DE OUZOUD DESDE MARRAKECH
Las Cascadas de Ouzoud se localizan a 160 kilómetros de Marrakech, en la cordillera del Medio Atlas.
Por lo visto, las Cascadas de Ouzoud traen agua durante todo el año, de manera que merece la pena valorar realizar la excursión tanto en verano como en invierno.
LA EXCURSIÓN A LAS CASCADAS DE OUZOUD
La excursión a las Cascadas de Ouzoud desde Marrakech es un tour de día completo. El minibús nos recoge, puntual, a las 8 de la mañana, en nuestro Riad de Marrakech.
El trayecto desde Marrakech hasta las Cascadas de Ouzoud es de casi tres horas, incluyendo una parada de unos 20 minutos a medio camino.
Sin ser una autopista, la carretera no es mala, aunque hay un último tramo de curvas, antes de llegar a las Cascadas de Ouzoud.
El minibús nos deja en el parking habilitado. Nos dejan algo más de tres horas para visitar las Cascadas de Ouzoud y para comer. Tiempo más que suficiente.
El sendero de acceso a las cascadas empieza a unos pocos metros de la parte alta de las Cascadas de Ouzoud.
Para llegar hasta la base hay dos caminos: el de la izquierda nos llevará hasta donde rompen las cataratas a través de una larga escalinata. El de la derecha, atraviesa una parte más boscosa, a lo largo de un sendero de arena. Lo suyo es bajar por un sendero y subir por el otro. Nosotros bajamos por las escaleras y subiremos, luego, por el sendero de tierra.
Las Cataratas de Ouzoud son las mayores de Marruecos con unos 110 metros de altura. Se trata, sin embargo de un triple salto, de manera que podríamos decir que se trata de tres cataratas que se suceden.
La escalinata de acceso a la base está circundada de decenas de tiendas de artesanías, baratijas y recuerdos. Quien quiera, podrá comprar cacahuetes para dar a la colonia de macacos existentes en la zona. Algunos los encontramos ya al bajar por las escaleras, aunque la mayoría los encontraremos luego, en el sendero de subida.
Además, de bajada encontramos también varios restaurantes, algunos de los cuales disponen de perfectas visitas sobre las Cataratas de Ouzoud. De todos ellos, el Café des Amis es el que goza de las mejores vistas. Desde luego, una manera perfecta de almorzar muestras se disfruta de uno de los paisajes más sorprendentes de Marruecos, porque la verdad es que uno no esperaba encontrarse con unas cataratas así en el norte del país.
A media bajada nos detenemos en algunos miradores que permiten tomar buenas fotografías del primer tramo de cataratas.
Luego, seguimos bajando escaleras hasta llegar a la parte baja donde la panorámica resulta francamente espectacular.
Allí esperan unas barquitas algo rudimentarias que por 20 dirham acercan a los turistas casi hasta donde las Cataratas de Ouzoud rompen. Algunos, aunque son muy pocos, incluso se bañan en la gran poza existente, aunque el agua procedente del deshielo de las cumbres nevadas del Medio Atlas está realmente fría.
Lo cierto es que las Cataratas de Ouzoud, cayendo desde 110 metros de altura y rodeadas de un precioso acantilados arcilloso y de color rojizo, resultan de lo más escénicas.
Tras un buen rato y unas cuantas fotos, atravesamos el río para tomar el sendero de tierra de ascenso. Este camino atraviesa una zona boscosa y algo más agreste, donde enormes olivos dominan el paisaje.
Ya en la parte alta nos entretenemos con los muchos macacos que acuden al paso de los turistas, sabedores de que muchos traen cacahuetes. Ni que decir que hay que ir con un poco de cuidado, porque estos primates no son siempre lo amigables que uno gustaría.
Antes de regresar al minibús tenemos tiempo de sobras de almorzar un rico tajine, casi que el plato nacional de Marruecos, en sus distintas variantes.
La verdad es que la excursión a las Cascadas de Ouzoud desde Marrakech merece mucho la pena, a la vez que permite conocer un paisaje bastante distinto al del resto del país. Tras la visita, regresamos a Marrakech, la capital del sur de Marruecos y ciudad más turística del país.