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12 lugares que ver en la Costa Brava (más allá de sus playas).

Qué ver en la Costa Brava

En este post os vamos a hablar acerca de 12 lugares que ver en la Costa Brava, la franja costera existente entre la población catalana de Blanes y la frontera con Francia.

Si por algo es conocida la Costa Brava es por su litoral agreste y sus encantadoras playas (particularmente, sus calitas entre roquedos y pinares). Un litoral, por cierto, que se puede recorrer a pie gracias a un sendero de largo recorrido (el GR92) que transcurre entre las poblaciones de Portbou y Tossa de Mar. Es el Camino de Ronda de la Costa Brava (que, por cierto, luego sigue en dirección sur hasta el Delta del Ebre, aunque no siempre siguiendo la línea costera).

Sin embargo, en esta lista de lugares que ver en la Costa Brava no os vamos a hablar de sus playas y calitas. En esta ocasión os vamos a hablar de los pueblos con más encanto, los jardines que nos os podéis perder y algunos parques naturales  o monumentos de obligada visita. La Costa Brava da para unas vacaciones de lo más completas, de manera que quedarse únicamente con el turismo de sol y playa sería desaprovechar gran parte de su encanto.



12 LUGARES QUE VER EN LA COSTA BRAVA Y QUE NO SON PLAYAS.

EL JARDÍN BOTÁNICO MAR I MUTRA DE BLANES

Blanes es la primera población de la Costa Brava, empezando desde el sur. Aunque se trata de una población turística donde las enormes playas son uno de sus mayores atractivos, nuestra visita preferida es la del Jardín Botánico Mar i Murtra.

Este jardín debe su existencia al empeño del naturalista alemán Carl Faust, quien adquirió unos terrenos de Blanes en 1918, para dedicarse a su pasión: el naturalismo. Fue en 1918. Un siglo más tardes, estos Jardines Botánicos Mar i Murtra son uno de los más bellos del Mediterráneo y permiten disfrutar de distintos ecosistemas que semejan los de distintos lugares del planeta y que incluyen más de 4000 especies distintas de plantas.

LLORET Y LOS JARDINES DE SANTA CLOTILDE JARDINES

Otra ciudad de lo más turística es Lloret de Mar. Aunque a menudo se la relaciona con el turismo de sol y playa, casi siempre extranjero, la verdad es que Lloret ofrece bastante más que esta imagen un tanto distorsionada.

El Museo del Mar, por ejemplo, nos recuerda la relación entre Lloret de Mar y el mar. Y especialmente, la vida de los pescadores y navegantes de la población en los siglos pasados, así como la historia de los indianos, que después de dejar la población en busca de una mejor vida en las Américas, regresaron a Lloret tras amasar pequeñas fortunas que invirtieron en la población. De hecho, el propio museo se ubica en la Casa Garrigam que perteneció al indiano Enric Garriga Mataró.

En este sentido, el patrimonio indiano de Lloret de Mar resulta bastante rico. De imprescindible visita resulta la Casa-Museu Can Font, otro testimonio de las casas indianas de finales del s. XIX (fue construida en el año 1877 por Fèlix Torras i Mataró). En la actualidad está abierta al público.

Por último, quiero hablaros de otro de los jardines más bellos que ver en la Costa Brava. Me refiero a los Jardines de Santa Clotilde, un remanso de paz entre setos y estatuas, que recuerda a los jardines renacentistas italianos.

LA CIUDAD AMURALLADA DE TOSSA DE MAR

Entre los pueblos imprescindibles que ver en la Costa Brava no puede faltar la única villa amurallada de la costa catalana: Tossa de Mar.

La parte más encantadora es la Vila Vella, su vieja fortificación, que conserva sus altas murallas y muchos de los viejos torreones. Las vistas desde lo alto del montículo donde se sitúa la Vila Vella, allá donde encontramos el Faro de Tossa, son una maravilla.

En la parte baja del pueblo no debemos dejar de visitar el barrio marinero de Sa Roqueta o el ensanche o ciudad baja, con la monumental iglesia de Sant Vicens, y la Calle dels Socors. Entre sus playas, aunque la más popular es la Platja Gran, que abarca casi todo el frente marítimo, nuestra favorita es la mucho más recóndita Es Codolar, justo por detrás de la fortaleza.

 

 

LOS JARDINES DE CAP ROIG

Ya estamos viendo que la Costa Brava es lugar de varios de los más bellos jardines de Catalunya. De esta manera, otro de los espacios que ver en la Costa Brava de forma obligada son los maravillosos Jardines de Cap Roig, a tiro de piedra de Callela de Palafrugell.

Aunque son la sede de un famoso festival anual de música y danza, los Jardines de Cap Roig se pueden disfrutar durante todo el año. Se trata de una creación de la familia Woevodsky, de 1927, que dispone de más de 1000 especies vegetales dispersas a lo largo de decenas de senderos y que conjugan el paisajismo con el arte y la arquitectura. De esta manera, en los jardines de Cap Roig encontramos diseminadas un buen número de obras de arte contemporáneo que no os pasarán desapercibidas y que le dan un encanto especial a esta maravilla de jardines. Todo ello con el telón del fondo del Castillo de Cap Roig, neomedieval, erigido a principios de la década de los 30 del siglo pasado.


LA POBLACIÓN MARINERA DE CALELLA DE PALAFRUGELL

Otra de las poblaciones con más encanto que ver en la Costa Brava es la marinera Calella de Palafrugell. Con sus cuestas secundadas por encaladas viviendas, sus playitas recogidas llenas de barcas de pesca, sus casitas  de antiguos pescadores situadas en la misma orilla y su paseo marítimo entre bóvedas (las famosas voltes de Calella de Palafrugell), esta población resulta de visita obligada.

Además, Calella de Palafrugell es la sede de la famosa Cantada de Habaneras, que anualmente se celebra cada verano. Sin embargo, es a finales de le época estival o en otoño, cuando mejor se puede disfrutar de esta población marinera.

EL PUEBLO MEDIEVAL DE PALS

Pals es de los pocos pueblecitos de la Costa Brava que no es conocido por sus playas si no por su precioso casco urbano medieval. Y, además, uno de los pueblos más bellos del Empordà.

Situada en lo alto de un promontorio, Pals se encontraba en estado de semiabandono en la década de los 40 del siglo XX. Sin embargo, años de restauraciones han convertido a Pals en uno de los pueblos más bellos de Catalunya y uno de los lugares imprescindibles que ver en la Costa Brava.

El recinto intramuros, con sus callejuelas estrechas y empedradas y sus viviendas de piedra, conforman un precioso núcleo gótico. No hay que dejar de visitar la iglesia de Sant Pere, la circular Torre de las Horas, la antigua lonja con su arco gótico o las sepulturas medievales antropomorfas que se encuentran en la Calle Mayor.

Aunque Pals es una población de interior, desde el Mirador de Josep Pla nuestra vista llega al Mar Mediterráneo, con las Islas Medas, ubicadas enfrente del Estartit, como telón de fondo.

EL PARQUE NATURAL DELS AIGUAMOLLS DE L’EMPORDÀ

Entre los más bonitos parajes que ver en la Costa Brava encontramos mucho más que sus agrestes playas y sus encantadores pueblecitos. De visita indispensable resulta el Parque Natural dels Aiguamolls de l’Empordà, que es uno de los más interesantes humedales de Catalunya.

Aquí anidan decenas de especies, que podemos disfrutar siguiendo los muchos senderos marcados, todos ellos de muy fácil acceso. Eso sí, resulta imprescindible traerse los prismáticos, a fin de avistar zancudos, flamencos, garcetas y otro tipo de aves, desde los muchas plataformas de avistamiento dispuestas a lo largo del recorrido.

 

LAS RUINAS GRECO-ROMANAS DE EMPURIES

No todo van a ser pueblecitos y jardines en la Costa Brava, ¿verdad? Entre los lugares que merece la pena visitar encontramos el único yacimiento arqueológico que contiene unas ruinas griegas y otras romanas en toda la Península Ibérica. Me refiero a las venerables Ruinas de Empurias, una visita que merece mucho la pena y que nos recuerdan que fue por este puerto por donde los antiguos griegos procedentes de Focea desembarcaron por vez primera en la Península y fundaron su primera colonia. Fue durante el siglo VI aC.

Más tarde, en 218 aC, llegaron los romanos para fundar un campamento romano que acabó por unirse al antiguo poblado griego.

Necesitaréis una hora y media o dos para visitar las Ruinas de Empúries, con sus villas, calles, ágora, cisternas y necrópolis; y también el maravilloso museo adyacente, donde la estatua de Asclepio es la estrella.

CADAQUÉS, EL PUEBLO MÁS BONITO DE LA COSTA BRAVA

Cadaqués tiene fama de ser el pueblecito más bello de la Colsta Brava y no es de extrañar. Reproducido en miles de pinturas, no hay artista catalán que no haya montado su caballete en la preciosa ensenada de Cadaqués.

Con un centro histórico delicioso, de calles estrechas y empedradas y viviendas universalmente pintadas de blanco, incluida la vieja judería, resulta imprescindible acercase hasta la iglesia de Santa María, situado en un suave montículo y sobresaliendo del resto de tejados de la villa.  Desde luego, el más bello de los pueblos que ver en la Costa Brava.

LA CASA DE DALÍ EN PORTLLIGAT

La Casa de Dalí en Portlligat, un pequeño pueblo que en realidad pertenece a Cadaqués, es una de las sorpresas de la Costa Brava que nadie debería perderse.

Es desde aquí donde Dalí disfrutaba, según él mismo relataba, de ser el primer ser humano en disfrutar de los amaneceres, en toda la Península Ibérica. Se trata del lugar donde el genial pintor vivió durante 52 años de su vida. Un conjunto de casas de pescadores que el mismo artista unió y remodeló en su particular estilo surrealista.

LA ENSENADA DEL PORT DE LA SELVA

Una de las playas urbanas más bellas que ver en la Costa Brava la encontramos en la población de Port de la Selva, una preciosa ensenada encarada al norte, en el mismo Cabo de Creus del que luego os hablaré.

En realidad, el pueblecito recuerda bastante a Cadaqués, pues también está pintado de blanco y con la iglesia surgiendo por encima de los tejados. Como en tantas otras poblaciones de la Costa Brava, Port de la Selva es un lugar donde el dolce far niente que supone el pasear, sin más, se convierte en la actividad principal.

Eso, y disfrutar de sus playas, tanto de arena, como la Platja d’en Robert o la Platja Port de La Vall, como de grava o guijarros, como la Platja La Ribera o la Platja El Pas.

EL PARQUE NATURAL DEL CABO DE CREUS Y EL MONASTERIO DE SANT PERE DE RODES.

Cierro esta lista de lugares que ver en la Costa Brava con uno de los elementos patrimoniales más sobresalientes. Me refiero al Monasterio de Sant Pere de Rodes, una de las joyas del arte románico catalán.

Situado en lo alto del Parque Natural del Cabo de Creus, fue fundado durante el siglo X y allá sigue, mil años más tarde, considerado como uno de los lugares más bonitos de Cataluña, tanto por el monasterio que lo rodea, como por el precioso enorno donde se ubica.

Una de las mejores fotografías del cenobio la podéis tomar a medio camino del castillo de Verdera, al que se llega en media hora de paseo en continuo ascenso desde Sant Pere de Rodes. Sin embargo, los senderos que permiten disfrutar del parque natural son muchísimos. Una de las mejores vistas del que es el cabo más oriental de la Península Ibérica las tendréis desde el Faro del Cap de Creus, de fácil acceso el coche propio.

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