Las auroras boreales en el norte de Europa, también conocidas como luces del Norte, son uno de los espectáculos naturales más fascinantes del planeta. Este fenómeno se produce cuando partículas cargadas del Sol chocan con la atmósfera terrestre, dando lugar a cortinas de luz en tonos verdes, rosados o violáceos que iluminan el cielo nocturno.
En los últimos años, además, las auroras se han convertido en un incentivo turístico de primer orden, cada invierno.
Facilitados por el incremento de los vuelos al norte de Europa y del auge de las compañías aéreas low cost, así como de las empresas especializadas en perseguir auroras boreales, cada vez son más los turistas que cada año se acercan hasta el norte de Europa para disfrutar de este fenómeno.
La mejor época para ver auroras boreales en esta región va de finales de septiembre a finales de marzo, cuando las noches son más largas y oscuras. Además, existen herramientas muy útiles para anticipar la actividad geomagnética, como Aurora Forecast, My Aurora Forecast (descarga en Android / IOS) o Space Weather Live, que permiten consultar la probabilidad de ver auroras en tiempo real.
A continuación, presentamos cuatro de los mejores destinos para ver auroras boreales en el norte de Europa: Tromsø, Islandia, Laponia finlandesa y las Islas Lofoten. Cada uno ofrece paisajes únicos, buenas conexiones y excelentes condiciones para disfrutar del cielo ártico.
DÓNDE VER AURORAS BOREALES EN EL NORTE DE EUROPA
1. TROMSØ, NORUEGA
Tromsø es uno de los destinos más populares para observar auroras boreales en el norte de Europa, gracias a su ubicación por encima del Círculo Polar Ártico y su clima relativamente estable.
Aunque hemos tenido la oportunidad de visitar en varias ocasiones, incluido la costa oeste con Stavanger y sus fiordos, el norte se nos sigue resistiendo.
Llegar es muy fácil: el Aeropuerto de Tromsø recibe vuelos directos o con escala desde Oslo, Londres, París o Frankfurt, entre otras ciudades. Una vez allí, el centro se encuentra a pocos minutos en transporte público.
Como es lógico, para ver auroras, se recomienda alejarse ligeramente del núcleo urbano y dirigirse a lugares como Kvaløya, Ersfjordbotn o la isla de Ringvassøya, todos ellos accesibles en coche.
En este sentido, una muy buena opción es optar por alquilar un vehículo para moverse con libertad. Sin embargo, si no queréis conducir en estas condiciones, las excursiones de caza de auroras son una alternativa muy popular. Por ejemplo, Chasing Lights ofrece tours dedicados a la búsqueda de las auroras boreales, con guías expertos conocedores de los mejores lugares de observación.
Estas excursiones incluyen transporte y el seguimiento del clima en tiempo real, para maximizar las probabilidades de avistamiento.
Tromsø combina naturaleza, accesibilidad y una infraestructura muy completa, lo que la convierte en una de las mejores puertas de entrada al Ártico para quienes desean disfrutar del fenómeno sin complicaciones.
2. ISLANDIA
Islandia es uno de los países más impactantes para observar auroras boreales en el norte de Europa, ya que sus paisajes volcánicos crean un escenario único bajo el cielo ártico.
Se trata, por tanto, de un país ideal para visitar en verano (aquí podéis leer sobre nuestra ruta por Islandia en verano), pero también en invierno.
El aeropuerto internacional de Keflavík recibe vuelos desde toda Europa, y desde allí se puede llegar a Reikiavik en menos de una hora.
Aunque en la capital es posible ver auroras en noches despejadas, las mejores zonas se encuentran algo más alejadas: Grotta, Thingvellir, la península de Snaefellsnes, la Costa Sur o los alrededores de Akureyri.
Islandia ofrece la ventaja de poder moverse por libre mediante coche de alquiler, aprovechando la Ring Road, que rodea toda la isla. Eso sí, aunque si alquiláis un coche en invierno este irá equipado con todo lo necesario para conducir durante esta época, también resulta fundamental revisar el estado de las carreteras debido al viento, la nieve y el hielo.
Las excursiones organizadas desde Reikiavik también son muy populares. Reykjavik Excursions, por ejemplo, dispone de buenas alternativas. Los guías locales analizan constantemente el parte meteorológico y llevan a los visitantes a las zonas con mayor probabilidad de cielos despejados.
Lo que convierte Islandia en un país especialmente apetecible en invierno es la posibilidad de combinar el fenómeno celeste con cascadas congeladas, playas negras y campos de lava, lo que convierte cada avistamiento en una experiencia memorable.
3. LAPONIA FINLANDESA
La Laponia finlandesa es otro de los lugares más fiables para ver auroras boreales en el norte de Europa, gracias a sus extensos bosques, sus paisajes nevados y la escasa contaminación lumínica.
Se puede llegar fácilmente a través de los aeropuertos de Rovaniemi, Ivalo o Kittilä, todos conectados con Helsinki y varias ciudades europeas.
Entre los mejores destinos de la región destacan Levi, Luosto, Saariselkä y el Parque Nacional Urho Kekkonen, donde basta con alejarse unos metros del alojamiento para disfrutar del cielo nocturno. Además, muchos hoteles y cabañas ofrecen alertas de auroras, una opción ideal para no perderse ningún avistamiento inesperado.
Nuevamente, se puede optar por hacerlo por libre —simplemente caminando hacia un claro entre bosques— o mediante excursiones organizadas que incluyen transporte, ropa térmica, hogueras y fotografía nocturna.
La Laponia finlandesa combina el espectáculo de las auroras con actividades típicas del invierno ártico, como rutas en moto de nieve, trineos de huskies o visitas a granjas de renos, lo que la convierte en un destino completo para viajeros que buscan naturaleza y aventura.
Y, además, la Laponia finlandesa es el hogar de Papá Noel (concretamente, el Santa Claus Village de Rovaniemi), de manera que si viajáis con niños, este es un incentivo adicional a la caza de las auroras boreales.
4. ISLAS LOFOTEN, NORUEGA
Y por último, hemos incluido las Islas Lofoten, otro de los escenarios más fotogénicos donde ver auroras boreales en el norte de Europa y un destino en auge en los últimos años.
Este archipiélago destaca por sus montañas afiladas, playas árticas y pintorescos pueblos pesqueros. Para llegar, lo más habitual es volar a Svolvær o Leknes, con conexiones vía Bodø u Oslo, o tomar un ferry si se viaja en coche.
Entre los mejores lugares para observarlas destacan las playas de Uttakleiv, Haukland y Skagsanden, donde la arena húmeda y el agua crean reflejos espectaculares. También son recomendables zonas como Gimsøya o los alrededores de Reine, famoso por sus cabañas rojas y su arquitectura tradicional.
La mayoría de viajeros recorre las islas por libre, ya que las distancias entre puntos de interés son cortas y las carreteras suelen estar bien cuidadas. Aun así, existen excursiones guiadas que resultan muy útiles cuando el tiempo es cambiante o se busca asesoramiento fotográfico profesional.