Las Cuevas Yungang en Datong, conocidas simplemente como Cuevas de Datong, son uno de los ejemplos más extraordinarios que nos ha legado el arte asiático en cuanto a recrear santuarios budistas en las laderas montañosas. En este sentido, las Cuevas de Datong son las más importantes de China, juntamente con las Cuevas de Longmen, en Luoyang, de las que ya tuvimos la oportunidad de hablar.
Aunque Datong no forma parte del itinerario más común de un primer viaje a China, en nuestro segundo recorrido por el gigante asiático, tras regresar de un viaje a Corea del Norte, no quisimos dejar la oportunidad de acercarnos a Datong para poder disfrutar de un par de visitas francamente excepcionales: las grutas o Cuevas de Yungang y los Monasterios Colgantes de Datong, de los que ya os he hablado también.
CUEVAS DE DATONG. BREVE CONTEXTO HISTÓRICO.
Las Cuevas de Yungang en Datong fueron concebidas por la Dinastía Wei del Norte, en un momento posterior a la unificación de China por Qin Shi Huang el 221 aC. Sin embargo, en aquél momento y tras varias luchas intestinas para conseguir el control de todo el país, el territorio estaba nuevamente dividido por un conjunto de pequeños estados soberanos, uno de ellos fundado por el pueblo Tuoba y que recibió el nombre de Dinastía Wei del Norte, que resultó una gran impulsora del budismo. Estamos hablando del siglo V, pues los trabajos en las Grutas de Datong dieron comienzo en 460 y se alargaron más de una treintena de años.
Curiosamente, fue la misma dinastía Wei del Norte quien, tras trasladar la capitalidad a Luoyang, diseñó y construyó un complejo similar, el de las Cuevas de Luoyang. Ambos conjuntos forman parte del Patrimonio de la Humanidad.
VISITA A LAS CUEVAS YUNGANG EN DATONG.
Llegamos a las Cuevas Yungang, que distan poco menos de 20 kilómetros de la ciudad de Datong, directamente desde Pekín. Tenemos solamente dos días para explorar la zona de manera que hemos alquilado un taxista para que nos traslade a Datong, nos acerque a las Cuevas Yungang y a los Monasterios Colgantes y, de vuelta a la capital china, nos permita la visita al sector de Gran Muralla China sito en Badaling que queda a medio camino, pero en el mismo trayecto.
Tras pagar la entrada nos encontramos con una suerte de avenida procesional moderna, bellamente decorada con elegantes columnas dispuestas sobre un basamento en forma de elefante y que se disponen a ambos lados de la vía. También encontramos una serie de pabellones modernos dispuestos a modo de templo e incluso un lago que suponemos artificial, por encima del cual han construido un bello puente que imita los milenarios puentes que se encuentran por toda china. Un decorado, un poco de cartón piedra, pero ciertamente efectista y realizado con bastante gusto.
Pasada esta primera zona dedicada a acoger a los miles de turistas que en temporada alta acuden a las Cuevas de Datong nos dirigimos a la zona donde se disponen, excavadas directamente en la ladera del Monte Wuzou, hasta 53 grutas que contienen unas 1.200 hornacinas y la friolera de más de 51.000 estatuas budistas de distintos tamaño.
Muchas de las grutas contienen una gran estatua de Buda, siendo decoradas, además, por centenares de pequeñas esculturas que representan también a Buda, a bodhisattvas o a otras deidades y personajes relacionados con el budismo. Algunas de las grandes estatuas de Buda son francamente majestuosas, hasta el punto de que la mayor de las estatuas que encontramos en estas Grutas de Yungang de Datong, en la cueva número 5, mide casi 17 metros de altura, siendo un auténtico modelo de elegancia. En realidad, hasta cinco de los grandes Budas representan los 5 primeros emperadores de la dinastía Wei del Norte, en un nuevo ejemplo de representar a los soberanos como verdaderos monarcas deificados, un hecho que se ha venido repitiendo en las distintas culturas a lo largo de la Historia, ya sea en Mesopotamia, Egipto o como vemos, en la Antigua China.
Más allá de la preciosa elegancia con están labradas dichas esculturas, la característica principal es que están excavadas directamente en la propia roca, lo que supone una de las culminaciones de este tipo de arte tan asiático.
Por si fuera poco, y a diferencia de lo que vimos en las también esplendorosas Cuevas de Longmen en Luoyang, gran parte de la estatuaria que se localiza en las distintas grutas mantiene su original policromía, con un predominio de los colores rojos.
El recorrido que sigue la falta del Monte Wuzou tiene una longitud aproximada de un kilómetro. Algunas de las cuevas siguen abiertas directamente al exterior, siendo fácil observar las distintas hornacinas pero también el diseño arquitectónico con que se ha trabajado la piedra (aunque no resulta tan espectacular como lo que se puede observar en Petra, desde luego). La escasa dureza de la piedra facilitó el trabajo de los artesanos budistas pero resulta un hándicap para la conservación del bellísimo complejo, como es fácil adivinar por la evidente erosión de la piedra expuesta a la intemperie.
Otras grutas están resguardadas detrás de un bello entramado de madera que recuerda a los que veremos, el día siguiente, en los espectaculares Monasterio Colgantes de Datong (no os los perdáis).
La verdad es que la visita a la Grutas o Cuevas Yungang de Datong, suponen una de las más espectaculares que se pueden realizar en la China. Junto a los templos Colgantes de Datong, resultan dos motivos suficientes para desplazarse hasta esta zona de China, que dista solamente unos 400 kilómetros de Pekín.
Comentarios:
12 comentarios en “CUEVAS YUNGANG DE DATONG. Las grutas budistas más bellas de China.”
Qué preciosidad de verdad! Me ha encantado el sitio! Y mira que no he pisado nunca Asia… Aún!! Jeje
Hay tantisimo que ver en China, no se como hare cuando vayamos. Con todo lo que nos muestras nos la pones aun mas dificil XD
Preciosisimas ????????????
Me encantan estas cuevas. Las conocí gracias a ti y a tu participación en el gran post del año pasado. Realmente son una belleza que parece mentira estén ahí desde hace tanto tiempo.
Gracias por las fotos y por mostrárnoslas.
Cristina.
Espectacular! Pues yo tampoco lo vi en mi primera visita a China. Espero verlo en la próxima porque me he quedado con la boca abierta
La verdad, Cris, es que vale mucho la pena. Nosotros también esperamos a nuestra segunda visita a China para conocerlas!