PAN DE AZÚCAR DE RÍO DE JANEIRO, BRASIL. Una de las vistas más bellas de Río.

Subir al Pan de Azúcar de Río de Janeiro, en Brasil (o Pao de Açucar como lo llaman en portugués), es una de las actividades que todo viajero debe hacer en Río de Janeiro. Desde luego, al igual que la subida al Cristo Redentor de Corcovado, la subida al Pan de Azúcar es uno de los imprescindibles de la ciudad, yo diría que incluso más que, por ejemplo, subir a la Torre Eiffel de París.

El Pan de Azúcar es uno de los muchos montículos graníticos que jalonan la ciudad de Río de Janeiro, y que aquí llaman morros. Aunque no es la más alta de las atalayas de la ciudad, su situación en una pequeña península que separa las ensenadas de Botafogo y Copacabana, así como su indudable atractivo visual, la convierten en uno de los símbolos de Río de Janeiro.

Es posible subir al Pan de Azúcar desde que en 1912 se instaló el primero de los teleféricos que permitía el ascenso. En aquél momento fue un hito pues se trataba del primer teleférico de pasajeros instalado fuera de Europa y el tercero en el mundo entero. Fue una empresa alemana quien construyó el teleférico en cuestión y con ello, la Compañía Camino Aéreo del Pan de Azúcar empezaba su andadura. Hasta 1972 siguió en funcionamiento el invento alemán. 60 años que permitieron subir a 22 pasajeros por viaje y hasta 2100 por día.

Sin embargo, con el aumento del turismo, el teleférico fue sustituido por un nuevo aparato de fabricación italiana esta vez, que tenía la particularidad de que era transparente, permitiendo un mejor goce del viaje. Este teleférico permitió el ascenso de hasta 75 pasajeros por viaje y estuvo en funcionamiento hasta 2008 que es cuando se implementó el actual teleférico del Pan de Azúcar.

Para llegar a la estación del teleférico del Pan de Azúcar tomamos el autobús número 107 desde el distrito Centro de Río de Janeiro. Desde Copacabana se puede tomar el 512. La estación de metro más cercana, la de Botafogo, queda a algo más de 2 kilómetros de distancia.

SUBIR AL PAN DE AZÚCAR. UNA EXPERIENCIA INOLVIDABLE.

La cuestión es que subir al Pan de Azúcar requiere de dos y no de un solo teleférico o bondinho, como se conoce aquí. El primero lleva al viajero desde la estación 1, situada a pocos metros de Praia Vermelha (no hay que dejar de visitarla) hasta la granítica mole del Morro da Urca, que se eleva ya hasta los 220 metros de altura. Solo son tres minutos de viaje. Hay que saber que los más atrevidos tienen la posibilidad de subir a pie este morro. El sendero, según nos explican, permite la subida en unos 45 minutos.

Me llevo la sorpresa de que pese a que la subida al Pan de Azíucar se produce en domingo (además, un domingo bastante soleado) las colas son prácticamente inexistentes. En realidad, no tengo que esperar ni 10 minutos para poder tomar el primero de los bondihos. Esto contrasta con la subida al Cristo Redentor, por el que me vendieron el billete de subida al Tren de Corcovado para casi una hora y media más tarde.

Desde el Morro da Urca es ya posible disfrutar de una fenomenal vista. Sin embargo, el broche final se lo lleva la subida al Pan de Azúcar. Un segundo bondinho nos traslada en tres minutos más, desde la estación 3 hasta la 4, situada en el pico del Pan de Azúcar, a 396 metros sobre el nivel del mar.

Es difícil describir la emoción y el subidón provocado por tan extraordinarias vistas. Es también imposible decidir cuál de las vistas (si desde el Cristo Redentor o desde el Pan de Azúcar) es más bella. Sin embrago, nadie duda que en este momento está disfrutando de una de las más extraordinarias vistas que de una urbe se tendrá en toda la vida.

La vista alcanza, en un día claro, decenas de kilómetros, pero es fácil distinguir de izquierda a derecha, toda la playa de Copacabana y los distintos morros que se encuentran por detrás de la misma (Morro dos Cabritos, de Sao Joao y Babilonia), el Cristo Redentor a lo lejos, la Playa y todo el Barrio de Botafogo, la playa de Flamengo, la ensenada de Gloria, el Aeropuerto Santos Dumont, el puente de Niteroi (por encima de la Bahía de Guanabara) y la propia ciudad de Niteroi (al otro lado de la bahía).

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Las MEJORES ZONAS PARA DORMIR EN RÍO DE JANEIRO son las de Copacabana, Leblon e Ipanema, mucho más seguras por la noche.

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Subir al Pan de Azúcar no es una experiencia barata. El precio para los adultos es de 71 reales (en 2015), mientras que los niños de entre 6 y 12 años pagan 35 reales. Quien quiera completar la visita y viaje con un presupuesto muy holgado, tiene la posibilidad de contratar vuelos panorámicos en helicóptero en el helipuerto ubicado en la cima del Morro da Urca.

Uno no se cansa de mirar el paisaje, desde los distintos miradores que se encuentran en el Pan de Azúcar, identificando los varios barrios y monumentos (como por ejemplo la Catedral de San Sebastián) que se han podido visitar durante nuestro paseo por el Centro de Río de Janeiro.

Tras casi una hora en los distintos miradores del Pan de Azúcar es hora de emprender el descenso. Primero hasta el morro da Urca y luego, hasta Praia Vermelha. Definitivamente, la subida al Pan de Azúcar en teleférico es una de las más bonitas experiencias que se pueden tener en Río de Janeiro.