
Aquilea es una pequeña población de la región italiana de Friuli-Venecia Julia, una de las menos visitadas del país.
Sin embargo, hubo un tiempo en que Aquilea llegó a ser una población bastante importante, pues por lo visto hasta 100.000 personas llegaron a vivir en esta antigua colonia romana fundada a finales del siglo II.
De aquellos tiempos de importancia histórica, ha llegado a nuestros días un templo que convierten a la población de Aquilea en una parada obligada en esta región. Me refiero a la extraordinaria Basílica de Santa María Asunta.
La importancia histórica del complejo de la Basílica de Santa María Asunta de Aquilea es tal, que en 1998 fue incluida en la lista del Patrimonio Mundial.
Para nosotros, visitar la Basílica de Santa María Asunta de Aquilea supuso una auténtica sorpresa, pues hasta hace poco tiempo, la verdad es que jamás habíamos oído hablar de esta maravilla.
Eso sí, dedicadle una hora completa, porque el complejo es bastante amplio y os puede pasar como a nosotros, que llegamos apenas 45 minutos antes de cerrar y tuvimos que hacer la visita demasiado rápido.
BREVE HISTORIA DE LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA ASUNTA DE AQUILEA
Parece que desde el primer o segundo siglo de nuestro era ya había algunos cristianos en Aquilea.
Sin embargo, la primera iglesia fue construida en la segunda o tercera década del siglo IV, probablemente en tiempos del Obispo Teodoro de Aquilea. Aun hoy en día podemos visitar los restos de aquella primera edificación.
El templo fue progresivamente avanzado y ampliándose durante las décadas y siglos siguientes, añadiéndose un baptisterio a finales de siglo IV o principios del V, hasta que la invasión de los hunos en el año 452 terminó con la prosperidad de la ciudad.
La reconstrucción de la Basílica de Santa María Asunta de Aquilea se realiza a partir del año 811, de la mano del Obispo Majencio, aunque en los siglos siguientes, tras distintas vicisitudes, tuvo que ser restaurado el templo.
A partir de inicios del segundo milenio, el Obispo Poppone inició la construcción del gran Palacio Patriarcal y el campanario, que es una de las joyas de la Basílica de Santa María Asunta de Aquilea.
LA VISITA A LA BASÍLICA DE SANTA MARÍA ASUNTA DE AQUILEA
Hay dos tickets de ingreso al complejo arquitectónico.
El primero da acceso a la basílica. Y el segundo a los demás elementos, incluyendo el baptisterio y los restos del palacio episcopal.
LA BASÍLICA
Lógicamente, lo más importante. Para empezar, sorprende el tamaño de este enorme templo de planta basilical y tres naves, separadas por columnas con capiteles corintios.
Pero lo que convierte a la Basílica de Santa María Asunta de Aquilea en una auténtica obra maestra del arte mundial son los mosaicos, que han llegado a nuestros días en un excelente estado de conservación.
La importancia de los mosaicos del suelo le viene dado por su belleza, pero también por su tamaño: con 760 m², está considerado el mosaico cristiano más antiguo y el más grande de Occidente.
Rivalizando los de Villa Romana del Casale en Sicilia, los más espectaculares que hemos visto.
Retratos de donantes, con múltiples mosaicos de hombres y mujeres en medallones, distintas escenas alegóricas (como la Victoria alada con corona y palma) o religiosas (como la de Jesús representado como el Buen Pastor o la Historia de Jonás) es lo que vemos a lo largo de tan extenso mosaico.
En el presbiterio nos fijamos en la Tribuna Magna, que es obra de Bernardino da Bissone; y especialmente, en los frescos del ábside, de principios del siglo XI, dominados por la Virgen con el niño en cerrados en una mandorla.
Las sorpresas de la Basílica de Santa María Asunta de Aquilea no terminan ahí, pues resulta obligado bajar a la cripta que, con razón, es conocida como Cripta de los Frescos.
Aquí se representan diferentes pasajes de la vida de Jesús, la Virgen y diferentes santos, en una obra de la época del Obispo Popponi, en el siglo XI y, posteriormente, ya del XII.
LA CRIPTA DE LAS EXCAVACIONES
Accediendo desde el interior de la basílica, se puede visitar la Cripta de las Excavaciones, que incluye restos romanos desde principios de nuestra era hasta el siglo IV.
También aquí hay mosaicos, que pertenecen a la primera iglesia, así como a distintas domus romanas.
CAMPANARIO
Merece la pena fijarse en el enorme campanario de 73 metros de altura, que también es de época del Obispo Poppone. Para edificarlo, se utilizaron bloques de mármol del antiguo anfiteatro romano.
BAUTISTERIO
Como os dije, un segundo ticket permite acceder a otros lugares del complejo de la Basílica de Santa María Asunta de Aquilea.
Justo frente a la puerta principal de la basílica encontramos el bautisterio que, como es habitual, estaba exento.
Es más o menos octogonal, debido a una reforma posterior, ya que en un inicio era de planta cuadrada. La pila bautismal, bastante honda, se sitúa justo en medio y tiene planta hexagonal.
PALACIO EPISCOPAL
Poco ha llegado del Palacio Episcopal, aunque sí que se puede admirar parte de su suelo en mosaico.
Además, la entrada incluye a una domus romana bastante bien conservada, la Domus de Tito, que tiene una superficie de 1700 metros cuadrados y que no pudimos visitar por falta de tiempo.
Si tenéis la oportunidad de viajar a la región de Friuli-Venecia Julia, no dudéis en incluir la Basílica de Santa María Asunta de Aquilea en vuestro recorrido. Os aseguro que es una maravilla.