Los Huli Wigmen son una de las tribus o pueblos más interesantes y visualmente más atractivos de Papúa Nueva Guinea.
Los Huli residen en la provincia de Hela, cuya capital es la población de Tari, a la que se puede llegar desde Mount Hagen en un trayecto de unas 7 horas por tierra o desde Port Moresby, capital del país, en un vuelo de hora y media.
Se calcula que los Huli Wigmen son aproximadamente unos 300.000 individuos (se trata del mayor grupo étnico de las Tierras Altas de Papúa Nueva Guinea), que en su mayor parte fueron progresivamente evangelizados tras la llegada de los misioneros durante el siglo XX.
Pese a ello, celosos de mantener sus tradiciones, los Huli de Papúa Nueva Guinea preservan sus ritos animistas ancestrales.
Según las tradiciones Huli, el origen de este pueblo se encuentra en un granjero llamado Hela, que tuvo cuatro hijos y una hija (Opena, Huli, Duna, Tuguba y Hewa), cuyos descendientes habitan las Tierras Altas desde hace miles de años.
El Valle de Tari es una región profundamente fértil, lo que permite a los Huli Wigmen vivir de la agricultura. Batatas (alimento básico del pueblo Huli), yuca, calabaza, frijoles, repollo o diversas verduras son algunos de los cultivos más recurrentes en las Tierras Altas de Papúa.
Aunque los Huli pueden cazar y comer todo tipo de animales (aquí nos dijeron que, excepto el gato doméstico, cualquier animal es susceptible de ser comido), el aporte proteico suele proceder del cerdo y las gallinas.
Los cerdos son, sin embargo, algo más que un alimento, pues se trata de una auténtica moneda de cambio incluida en todo tipo de transacciones, incluyendo las dotes para la adquisición de la esposa o compensaciones tras agravios o delitos cometidos.

LOS POBLADOS HULI WIGMEN
Más allá de algunas poblaciones más importantes como la citada Tari, los Huli no suelen formar grandes núcleos poblacionales, de manera que viven bastante dispersamente.
Como muchos otros pueblos de Papúa Nueva Guinea, los Huli construyen sus viviendas con madera, hierba kunai y bambú tejido o con paredes de caña. Poco a poco, la globalizada chapa va sustituyendo a los materiales naturales en las techumbres de las viviendas Huli, que suelen ser de planta rectangular.
El interior de la vivienda suele ser muy espartano y estar dividido en una sección general que actúa como recibidor y comedor, y una parte interna que se utilizaría como dormitorio. La cocina suele incluirse en una construcción aparte, más pequeña.
Además, como muchas otras tribus de Papúa Nueva Guinea, es bastante habitual que hombres y mujeres vivan separados y que, incluso, varios hombres compartan viviendas (ellos mismos nos llegaron a decir que en ocasiones, hasta una docena de ellos). Esta sería la casa de los hombres.
También nos dijeron que, aunque la poligamia sigue siendo bastante habitual, el contacto con las mujeres es más bien escaso y se limita a los períodos en que desean tener relaciones sexuales con ellas, que, por lo visto, serían más bien pocos.

LA ORNAMENTACIÓN FACIAL Y LA VESTIMENTA DE LOS HULI WIGMEN
Como dije, los Huli Wigmen son uno de los pueblos que mejor ha preservado las tradiciones. Y como parte de ellas, su vestimenta, sus tocados y la ornamentación de cara y cuerpo.
Durante los ritos ceremoniales, los Huli Wigmen se pintan la cara de vivos colores, especialmente rojo y amarillo sobre una base blanca. Por desgracia, los pigmentos naturales han dado paso a las pinturas comerciales, aunque ello no resta espectacularidad a sus rostros. Además, los hombres untan sus cuerpos con aceites naturales o grasa de cerdo, lo que les da un aspecto especialmente reluciente.

Algunos hombres siguen decorando su rostro con un palito transversal que perfora su tabique nasal.

Por otra parte, el sombrero o tocado, conocido como wig (del que luego hablaré), forma parte de lo más destacado de su ornamentación.
Los hombres Huli Wigmen suelen llevar el torso desnudo, un cinturón de color rojo de tejido grueso que sujeta un delantal largo hasta la rodilla, decorado con conchas de caurí y cola de cerdo. Por detrás, el atuendo está cubierto con hojas de cordyline, unidas con una cuerda. Bandas vegetales adornan los brazos y piernas de los Huli.


Además, es habitual que la vestimenta incluya el obligado bilum (un bolso de malla confeccionado con hilos vegetales), una hacha o herramienta tipo piolet (capaz de matar un hombre, nos dijeron ellos, gracias a su punta confeccionada con la garra del casuario, un ave no voladora habitual de estas tierras) y un fémur, también de casuario, que convenientemente agujereado, actúa como billetera.


La ornamentación corporal se complementa con varios collares. Especialmente interesante es el collar decorado con pico de calao, situado este en la parte posterior del mismo.
Tradicionalmente, los Huli Wigmen no utilizan zapatos, aunque también vimos algunos de ellos con calzado tipo chancleta.
Lógicamente, hay que diferenciar la vestimenta y ornamentación tradicional y ceremonial de la cotidiana, pues los Huli suelen vestir al estilo más o menos occidental para su vida diaria. Sin embargo, una curiosidad que los diferencia de otras culturas, especialmente las africanas, es que son ellos (los hombres) quienes mejor conservan sus tradicionales y ancestrales vestimentas y ornamentaciones.
Ellas visten con una falda vegetal, cubriendo su cuerpo con una especie de top. Especialmente las más jóvenes, que no suelen mostrar sus pechos, aunque algunas mayores sí lo hacen.
Las mujeres también suelen llevar el bolso de malla o bilum. Si bien los hombres lo suelen llevar en bandolera, las mujeres Huli, como muchas otras etnias de Papúa Nueva Guinea, lo sujetan con la cabeza.

LOS SOMBREROS HULI WIGMEN
Uno de los aspectos más destacados de la ornamentación de los Huli Wigmen (y en realidad de su tradición) es su sombrero o tocado. Es conocido como wig.

Básicamente, hay tres tipos de sombreros diferentes (uno en forma de seta, otro de forma triangular y un tercero que termina en punta, los podéis ver en las tres fotografías siguientes). Su característica principal es que este tocado o sombrero está confeccionado con pelo humano. Principalmente por cabellos del propio interesado, aunque los sombreros también pueden ser restaurados con pelo de adolescentes vírgenes en proceso de iniciación que actúan como donantes.



Además, estos sombreros están ornamentados con plumas de más de veinte aves distintas, incluyendo las del ave del paraíso, auténtica ave nacional de Papúa Nueva Guinea.

LA INICIACIÓN DE LOS JÓVENES HULI WIGMEN
Los niños Huli Wigmen viven con las madres durante la primera infancia, pasando a partir de los siete u ocho años a vivir con los hombres, de los que aprenden sobre agricultura, caza y construcción. También, algo más adelante, sobre la importancia de mantener vivas las tradiciones del pueblo Huli.
A partir de los doce o trece años, recién iniciada la pubertad, los jóvenes Huli empiezan con su periodo de iniciación, de la mano de un chamán o daloali. Este momento se conoce como de los haroli, un término que tanto puede designar a los jóvenes durante el periodo de iniciación como al proceso de iniciación en sí mismo.
Entre las creencias inculcadas resulta especialmente importante para el pueblo Huli, la necesidad de evitar el contacto con las mujeres, incluyendo la ingesta de alimentos preparados por ellas.
Es durante esta etapa, que puede durar entre 18 meses y 3 años, donde se someten a un especial cuidado de su cabello, que es lavado a diario y bendecido por el daloali. El chamán es también el responsable de transmitir a los jóvenes haroli los conjuros, la tradición oral y las técnicas esenciales para el cuidado de sus cuerpos.
El pelo se carda de tal manera que pueda ser utilizado para la confección de la peluca o wig de uso diario. Algunos pueden actuar también como donantes de pelo para restaurar los sombreros de los mayores. Es este un proceso sometido al estricto control y guía del chamán.
Durante el proceso de iniciación y de la mano del daloali, los jóvenes Huli se someten también a distintos ritos de paso, a menudo encaminados a realzar la fuerza y la resistencia masculinas. Tras todo el proceso, el joven haroli se convierte en Huli Wigmen. Es decir, en Holi con peluca.
Todo este proceso de iniciación del joven haroli, tradicionalmente debía realizarse alejados de la civilización, en lugares secretos y aislados, en el bosque. Sin embargo, en las últimas décadas la mayoría de ritos se han ido perdiendo y este proceso suele realizarse de manera mucho más resumida y en entornos menos aislados.
LAS VIUDAS HULI
En la tradición de los Huli Wigmen, las viudas están sujetas a rituales y a un código de vestimenta estricto y observable que simboliza su luto y su conexión con la tierra y el espíritu de su difunto esposo.
Este luto comienza inmediatamente tras la muerte del esposo, cuando las viudas son aisladas del resto de la comunidad durante el periodo que dura el duelo.
La viuda Huli es reconocible por su vestimenta de luto. Ello incluye la cobertura de la superficie corporal (de cara y cuerpo) con barro o arcilla y ceniza, lo que simboliza el luto, la conexión con la tierra y, en algunas interpretaciones, la purificación. Algunas pueden ir pintadas de negro, especialmente su rostro.

Las viudas utilizan un collar o ristra de cuentas que, según algunas fuentes, sirve como un marcador de tiempo que indica la duración del período de luto. En este sentido, las viudas irán retirando cada día una cuenta de su collar hasta que al retirar la última, se considere que han superado el periodo de luto.
Sin embargo, el tiempo durante el cual la viuda está sometida a restricciones y a la obligatoriedad de mantener luto, depende del clan. Tras superar el periodo del luto, las mujeres suelen reincorporarse a la vida social del clan, siendo aptas para nuevos matrimonios.



