
Visitar el Castillo de Kronborg, uno de los lugares con más historia de Dinamarca, supone una de las mejores excursiones desde Copenhague.
El Castillo de Kronborg está localizado en la costera población de Helsingør, unos 50 km al norte de Copenhague, junto en el punto más estrecho del estrecho de Øresund que separa Dinamarca de Suecia.
En este artículo os contaremos qué es y cómo visitar el Castillo de Kronborg, un lugar que la Unesco incluyó en el año 2000, en la lista del Patrimonio Mundial de la Humanidad.
CÓMO VISITAR EL CASTILLO DE KRONBORG
Vamos primero al apartado práctico. Podéis visitar el Castillo de Kronborg por libre o de la mano de una excursión organizada desde Copenhague.
VISITAR KRONBORG POR LIBRE
En este caso, lo más fácil es tomar un tren desde la Estación Central de Copenhague hasta la ciudad de estrecho de Helsingør.
Desde la estación, hay unos 25 minutos de paseo hasta el castillo.
VISITAR KRONBORG EN UNA EXCURSION DESDE COPENHAGUE
Si no os queréis complicar la vida, también tenéis la opción de contratar una excursión con un guía en español. Tenéis 2 opciones.
La primera es una excursión muy completa a Kronborg, Lund y Malmö (estos dos últimos, en Suecia). La segunda es una excursión para visitar el Castillo de Kronborg en español.

QUÉ ES EL CASTILLO DE KRONBORG
Aunque hay que buscar el origen del Castillo de Kronborg en una pequeña fortaleza erigida durante el primer tercio del siglo XV por el rey Erico VII, el enorme castillo renacentista que es hoy Kronborg fue construido (o transformado desde el primitivo) a partir de 1574 por el entonces monarca danés, Federico II.
Sin embargo, cuando un gran incendio destruyó en 1629 el que era uno de los mayores castillos renacentistas de Europa, la fortaleza tuvo que ser reconstruida.
El motivo principal para la construcción del Castillo de Kronborg fue el interés del Rey Erico de Pomerania de hacer pagar peaje a toda embarcación que pasase por el Estrecho de Øresund. Eran los tiempos de la Unión de Kalmar, donde un solo monarca gobernaba los tres reinos de Dinamarca, Suecia y Noruega.
Es decir, en tiempos de Erico VII, este Rey era quien gobernaba a ambos lados del Estrecho de Øresund. Y justo es este punto, apenas cuatro kilómetros separan la costa danesa de la sueca, motivo por el cual fue aquí donde se construyó el Castillo de Kronborg. Además, ya en la costa sueca existía otra fortaleza desde la Edad Media.
Como dije, fue Federico II quien transformó la vieja fortaleza en un gran castillo renacentista que incluía ostentosas cámaras del Rey, la Reina y también para las damas de compañía. No se escatimó en gastos, de manera que también se construyó un gran salón de baile.
Sin embargo, buena parte de aquello se vino abajo con el incendio de 1629.
Es por este motivo, que al visitar el Castillo de Kronborg nos puede llevar a una cierta decepción, pues la magnificencia que se le supone a uno de los mayores castillos renacentistas de Europa, en realidad no lo es tanto.
Poco ha quedado de aquel fasto del siglo XVI, ciertamente, ya que las obras llevadas a término durante la reconstrucción por parte de Christian IV, no consiguieron devolverle el esplendor de antaño. Especialmente, todo lo que hace referencia a la decoración interior, ya que externamente sí que pudo reconstruirse casi perfectamente.
LA VISITA AL CASTILLO DE KRONBORG
El castillo, de tres plantas, se dispone alrededor de un gran patio rectangular. La visita se realiza por libre. Durante la misma, visitamos, por este orden, la capilla palaciega, las antiguas cocinas, las casamatas y la planta noble del castillo.
Aunque habitualmente es posible subir a lo alto de una de las torres del Castillo de Kronborg, el día de nuestra visita permanece cerrada por el fuerte viento.
CAPILLA DE KRONBORG
El primer lugar que visitamos es la capilla del castillo, que se sitúa en el ala sur de la fortaleza, justo en el ala sur de la entrada al patio.
Fue inaugurada en 1582 y fue de los lugares menos afectados por los incendios de 1629, de manera que el mobiliario original renacentista pudo conservase.
Aunque durante un largo periodo la iglesia fue utilizada como polvorín, a mediados se siglo XIX fue restaurada y el mobiliario original repuesto.
COCINAS DE KRONBORG
El Castillo de Kronborg disponía de varias cocinas, de las que podemos visitar las existentes en la planta baja del ala occidental. Se trata de las cocinas del siglo XVII.
CASAMATAS
Las casamatas, a las que también se accede desde el lado occidental del patio, son un conjunto de pasadizos y estancias subterráneas, que era donde vivían los cientos de soldados destinados al Castillo de Kronborg, durante los momentos de máximo esplendor de la fortaleza.
El lugar es oscuro, húmedo e inhóspito, lo que nos permite comprender la dificultad de vivir en aquellas penosas condiciones.
PLANTAS NOBLES
Dos accesos existentes en el ala norte permiten acceder a las salas nobles del Castillo de Kronborg.
Por un lado, encontramos los salones renacentistas, que eran mucho más ornamentados. Y por el otro, las restauraciones llevadas a término tras el grave incendio. En este último caso, la ornamentación es mucho menor, pues Kronborg no llegó a recuperar jamás su antiguo esplendor.
En el primer piso del ala norte se ubican los viejos apartamentos reales, que aún conserva pinturas en el techo o bonitas chimeneas. Sin embargo, las baldosas blanco y negras existentes durante la época renacentista fueron sustituidas por los mucho más sobrios tablones de madera tras el incendio.
La mayor de las estancias que veremos al visitar el Castillo de Kronborg es el conocido como Salón de Baile. En su momento llegó a ser el mayor del norte de Europa.
En este salón sí que encontramos el enlosado con baldodas blancas y negras, que aunque han sido añadidas en el siglo XX, permiten comprender cómo habría sido este salón de baile antes del incendio. Las paredes están recubiertas de grandes pinturas.
En otro de los salones, conocido como Salón pequeño, encontramos un conjunto de tapices que formaba parte de una serie de hasta cuarenta, donde se retrataban los reyes daneses.
Tardamos aproximadamente una hora en visitar el Castillo de Kronborg. Aunque ciertamente interesante e importante a nivel histórico, quizá la pérdida de la ornamentación original dé lugar a una cierta decepción. En este sentido, el cercano Castillo de Frederiksborg o el Castillo de Rosemborg de Copenhague, nos parecieron bastante más espectaculares.