La Ópera House de Sídney (oficialmente, Sydney Opera House) es el monumento más icónico y relevante de la que es la ciudad más bonita y turística de Australia: Sídney.
En cierta manera, la Ópera de Sídney es a esta capital australiana lo que la Torre Eiffel es a París o el Coliseo a Roma.
En este sentido, visitar la Ópera House creo que resulta obligado y, además, merece la pena gracias a las visitas guiadas de aproximadamente 1 hora (las podéis reservar al precio oficial aquí, los martes y jueves a las 15:00, también en español), que la propia institución programa.
Al fin y al cabo, la que es una de las estructuras arquitectónicas más reconocibles del siglo XX y auténtica obra maestra del expresionismo moderno, es el lugar más icónico que ver en Sídney y casi de todo el país, quizá junto a la formación rocosa del Ayers Rock.
En este artículo os vamos a contar el porqué de su construcción, así como quiénes fueron sus autores y las vicisitudes que pasó la complicada edificación de la Ópera de Sídney, debido a sus múltiples controversias.


CONSTRUCCIÓN Y PROPÓSITO DE LA ÓPERA DE SÍDNEY
El proyecto se concibió a finales de la década de 1940, cuando Eugene Goossens, director del Conservatorio Estatal de Música de Nueva Gales del Sur, presionó para obtener una sala adecuada para grandes producciones teatrales, ya que el Sydney Town Hall era insuficiente.
En 1954, el Premier de Nueva Gales del Sur, Joseph Cahill, convocó un concurso internacional de diseño, buscando un lugar con una gran sala para ópera y conciertos y otra más pequeña, que fue ganado por el arquitecto danés Jørn Utzon.
El diseño de Jørn Utzon era de lo más innovador, incluyendo una serie de grandes «caparazones» o «velas» de hormigón prefabricado sobre un podio monumental.

La construcción se inició en marzo de 1959 en el emplazamiento de Bennelong Point. Sin embargo, aunque estaba previsto que la obra se completara en tres años, la complejidad del diseño y los problemas de ingeniería, pero también políticos y financieros, dieron lugar a que la Ópera de Sídney no fuera inaugurada hasta el 20 de octubre de 1973.
Los desacuerdos entre Jørn Utzon y las autoridades gubernamentales que supervisaban el proyecto fueron continuos casi desde el inicio de las obras, lo que conllevó constantes retrasos y un aumento de los costes muy importante.

Entre otras cosas, se acusó a Jørn Utzon de poco realista en cuanto a presupuesto, debido a la complejidad técnica de la obra, especialmente de las cubiertas. Los aproximadamente 7 millones de dólares australianos de presupuesto inicial se convirtieron en un coste final de 102 millones de dólares. Ello desembocó en que Utzon renunciara a continuar con el proyecto, en 1966.
Finalmente, lo que se conoció como etapa III (el diseño interior) continuó bajo la supervisión de la firma de ingeniería estructural Ove Arup and Partners y un equipo de tres arquitectos de Sídney: Peter Hall, David Littlemore y Lionel Todd, siendo Peter Hall el arquitecto jefe que completó la obra tras la marcha de Utzon.

DISEÑO E IMPORTANCIA DE LA SYDNEY ÓPERA HOUSE
El diseño de Utzon se inspiró en diversas fuentes, incluyendo las velas de los barcos en el puerto de Sídney y las conchas de moluscos. Utzon y Ove Arup desarrollaron finalmente una solución geométrica innovadora: las «velas» se construyeron a partir de secciones de una misma esfera. Esta geometría esférica simplificó la fabricación de las costillas de hormigón prefabricado y permitió producirlas de manera uniforme.
Al visitar la Ópera de Sídney se incluye una sala donde se proyecta un interesante video sobre la historia de la construcción, así como la inspiración y la edificación de estas velas a partir de las secciones de una esfera.
Los materiales de construcción utilizados para la Ópera de Sídney incluyen el hormigón armado para la estructura, con las famosas cubiertas o «velas» compuestas por más de 2.000 piezas prefabricadas de hormigón.

Estas «velas» están revestidas por más de un millón de azulejos de cerámica mate blancos y crema fabricados en Suecia.

En los interiores, predominan el granito rosa de Tarana, el contrachapado de abedul blanco australiano y la madera de Brush Box. Las fachadas están hechas de vidrio polarizado con marcos de acero.
La Ópera de Sídney es un hito de la arquitectura del siglo XX y tiene una inmensa importancia histórica y artística. Su atrevido diseño rompió moldes, abriendo el camino a geometrías complejas en la arquitectura moderna.
En 2007, la Ópera de Sídney fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, reconociendo su valor universal como una «obra maestra del genio creativo humano».

LA VISITA GUIADA A LA ÓPERA DE SÍDNEY
Como dije, visitar la Ópera de Sídney supone uno de los momentos culminantes del recorrido por esta ciudad australiana. No os quedéis solo con las vistas de sus fachadas, por poco tiempo que tengáis.
Las visitas se realizan todos los días en distintos horarios (las podéis reservar aquí) y tienen una hora de duración, aproximadamente. Sin embargo, si queréis realizarla en español, solo se hacen los martes y jueves a las 15:00.

Se trata de un tour de lo más ameno que combina las explicaciones históricas con las artísticas y que permite visitar varios de los lugares más importantes de la Ópera de Sídney, incluyendo su inmensa sala o auditorio de conciertos principal, pero también una segunda sala más pequeña, pero igualmente preciosa, el foyer o vestíbulo o las distintas escalinatas que permiten el acceso a los distintos ámbitos de la Sydney Ópera House.

La verdad es que el tour guiado por la Ópera de Sídney supone uno de los momentos más relevantes de la visita a esta capital australiana.