En este post os vamos a hablar de la Plaza Roja de Moscú, uno de los lugares más importantes en una visita a Rusia. Es este un país que bien merece una visita, particularmente las ciudades de San Petersburgo y su capital, Moscú, de la que ya hemos hablado en distintas ocasiones en este blog
La Plaza Roja de Moscú es una de las más grandes del mundo y el epicentro de la capital rusa. Además, más allá de su enorme tamaño (más de 300 metros de longitud) se trata de uno de los lugares de mayor interés de Moscú (quizá el que más, junto al Kremlin de Moscú), pues es aquí donde podemos conocer algunos de los sitios más emblemáticos de la ciudad, incluidos la Catedral de San Basilio y el Mausoleo de Lenin.
Una de las curiosidades de esta plaza es su propio nombre. Uno podría pensar que recibe el nombre de Plaza Roja por ser este el color asociado habitualmente al comunismo. Quizá incluso, porque varios de los edificios que hay que ver en la Plaza Roja, incluidos el mausoleo de Lenin o el Museo Estatal de Historia, están edificados con ladrillos y piedra de este color. Pues no. Por lo visto, en nombre el idioma ruso, Krásnaya, efectivamente significa rojo. Sin embargo, en ruso antiguo la palabra significaba bonita, que era como era conocida la plaza antiguamente. Es decir, se trataba de la Plaza Bonita.
QUÉ VER EN LA PLAZA ROJA DE MOSCÚ
Aunque llegamos a Moscú cuando ya ha anochecido, no podemos evitar acercarnos a la Plaza Roja de Moscú. Es Navidad y los edificios de la plaza están iluminados. Además, en el centro de la misma se ubica un mercadillo con algunas atracciones infantiles e incluso una pista de hielo. Nada distinto a lo que podemos ver en Europa Occidental. Al día siguiente, con más tranquilidad, regresaremos para conocer los lugares más importantes que hay que ver en la Plaza Roja de Moscú.
LA PUERTA Y LA CAPILLA IBÉRICA
Entramos a la Plaza Roja por la Puerta y Capilla Ibérica, que es el acceso noroccidental. Justo enfrente de la capilla, antes de entrar a la plaza, encontramos una placa que nos advierte que nos encontramos en el Kilómetro Cero de Rusia. En esta puerta se ubica una capilla que es donde se venera la Virgen de Iver, un icono de gran importancia para los rusos. La capilla es muy pequeña, de manera que enseguida se llena de feligreses que rezan a la Virgen. Todas son mujeres.
EL MUSEO ESTATAL DE HISTORIA
El gran edificio de ladrillo que queda a la derecha de la Puerta Ibérica y que cierra la Plaza Roja de Moscú por uno de los lados cortos (la plaza es más o menos rectangular) es el Museo Estatal de Historia. La verdad es que el edificio es espectacular, edificado en ladrillo y semejando entre una iglesia y una gran fortaleza, en estilo barroco ruso. No tenemos tiempo de visitar su interior. Además, por lo que nos cuentan, la mayoría de explicaciones están en idioma ruso, por lo que resulta un pelín complicado entender qué se está viendo.
ALGUNOS DATOS PRÁCTICOS SOBRE LA PLAZA ROJA DE MOSCÚ.
- CÓMO LLEGAR. La Plaza Roja de Moscú está en el centro de la ciudad. La manera más fácil de llegar es en metro (paradas Teatralnaya o Plóschad Revolutsii). Los nombres de las paradas están en latino y en cirílico, pero a menudo la mayoría de carteles están solo en cirílico, de manera que no viene mal aprender algunas palabras de ruso o, al menos, el alfabeto cirílico, actividad que puedes realizar gracias a la ayuda de una plataforma para el aprendizaje de idiomas como Babbel.
- ENTRADAS. Hay que pagar entrada para visitar el Museo Estatal de Historia (300 RB) y para San Basilio (700 RB).
- VISITA AL MAUSOLEO DE LENIN. No hay que comprar ninguna entrada. Sólo hacer la cola. Abre el martes, miércoles, jueves y sábado, de 10:00 a 13:00 horas
LA CATEDRAL DE KAZÁN
Justo enfrente del Museo de Historia encontramos una de las dos catedrales que hay que ver en la Plaza Roja de Moscú. Ya sabéis que para los ortodoxos, el concepto de catedral no es el mismo que para los católicos, de manera que la mayoría de catedrales rusas nada tienen que ver con que sean la sede episcopal.
La Catedral de Nuestra Señora de Kazán queda en una esquina de la plaza y no es la original, puesto que aquella, que era del primer tercio del siglo XVII, fue destruida por orden de Stalin. De hecho, el edificio actual es de la década de los 90 del siglo pasado. Es decir, no tiene ni 30 años de historia. Ello no es óbice para que merezca la pena visitarla pues, además, no os llevará más que unos pocos minutos. La verdad es que la iglesia, de color blanco y rojo es una delicia, coronada por una cúpula dorada que se sitúa sobre un tambor. A un lado queda el campanario exento, también muy bonito.
LOS ALMACENES GUM
El gran edificio alargado que ocupa uno de los lados largos de la plaza Roja (al otro lado de las murallas del Kremlin) son los almacenes GUM. Antaño eran una suerte de grandes almacenes de la época soviética, aunque en la actualidad son el más importante estandarte del consumismo ruso. Sin embargo, no hay que olvidar que el origen de los almacenes GUM debemos encontrarlo antes del advenimiento del comunismo, a finales de la época imperial rusa (a finales del siglo XIX). Fue Stalin quien nacionalizó los almacenes, aunque actualmente vuelven a ser de propiedad privada.
Como si de los Harrods londinense se tratara, los almacenes GUM están especialmente decorados ahora que es navidad. Sin embargo, en cualquier época merece la pena echarle un vistazo, para darse cuenta de que en Rusia debe haber mucha gente con mucha pasta. De lo contrario sería incomprensible tal cantidad de tiendas de lujo, con precios carísimos.
Los GUM ocupan casi todo el lado del Plaza Roja de Moscú, con una fachada principal de 242 metros
EL MAUSOLEO DE LENIN Y LAS MURALLAS DEL KREMLIN
Justo enfrente de los Almacenes GUM se ubican las murallas del Kremlin y otro de los lugares que hay que ver en la Plaza Roja de Moscú de forma indispensable: el Mausoleo de Lenin. Es aquí donde se encuentra embalsamado el cuerpo de Vladímir Ilich Uliánov, uno de los más importantes artífices de la Revolución Rusa.
Se trata de un monumento de granito rosado erigido en la década de los 30 del siglo pasado. Poca gente sabe que hasta 1961 también expuso el cuerpo de Stalin. Sin embargo, la momia de este último dictador fue trasladada a otro emplazamiento durante las campañas de desestalinización llevadas a término durante los años 60. Nikita Jrushchov fue el artífice de esta política, encaminada a eliminar el culto al líder propio de la época anterior.
La verdad es que me hubiera gustado poder visitar el mausoleo de Lenin en la Plaza Roja. Sin embargo, en las dos ocasiones en que hemos visitado Moscú, éste se estaba restaurando, de manera que no hemos podido hacerlo. Eso sí, que sepáis que entrar con cualquier dispositivo capaz de fotografiar al antiguo líder soviético está completamente prohibido.
LA CATEDRAL DE SAN BASILIO
El último edificio que hay que ver en la Plaza Roja de Moscú es el más espectacular de todos: la Catedral de San Basilio. Por suerte, la fiebre destructiva de Stalin no alcanzó esta maravilla del arte ruso, de manera que en la actualidad podemos visitar la Catedral original que, por cierto, en la actualidad forma parte de las dependencias del Museo Histórico Estatal.
Curiosamente el nombre oficial de este templo es el de Catedral de la Intercesión de la Virgen junto al foso, aunque es conocida mundialmente como San Basilio. Este templo fue alzado a mediados del siglo XVI por orden de Iván el Terrible, con motivo de conmemorar la conquista del Kanato de Kazán. La disposición del templo es tal que justo en medio se sitúa una gran torre central y a su alrededor, una serie de capillas, cada una culminada por una preciosa cúpula en forma de bulbo de cebolla, al más puro estilo nacional ruso. 4 de estas capillas se sitúan en los puntos cardinales y 4 más, en las diagonales.
La verdad es que más allá de lo esplendorosa de su fachada, merece la pena visitar el interior de San Basilio, aunque sea de pago. Las distintas capillas se van conectando a través de pasadizos interiores y siempre están extraordinariamente decoradas con un conjunto de pinturas al fresco, mosaicos, iconostasios de madera e iconos que resulta fascinante. La verdad es que es una maravilla.
Y eso es lo que da de sí la plaza. Ya veis que podéis pasar la mañana entera visitando los distintos lugares que hay que ver en la Plaza Roja de Moscú, uno de los lugares más fascinantes de la ciudad. Si tenéis la oportunidad, no dejéis de visitar Rusia, un país sorprendente y cuyas dos capitales principales, San Petersburgo y Moscú, están entre las más bellas de Europa.