Visitar el Muro de las Lamentaciones es una de las obligaciones que todo viajero tiene en Jerusalén, una ciudad donde se pueden conocer algunos de los más santos lugares de las tres religiones del libro: el Cristianismo, el Islam y el Judaísmo.
El Muro de las Lamentaciones lo encontramos en el barrio judío de la Ciudad Vieja de Jerusalén. Un lugar, por cierto, que según las resoluciones de la ONU pertenece a Palestina. Sin embargo, una de las Leyes Fundamentales de Israel (la Ley de Jerusalén, promulgada en 1980), proclama que la Ciudad Vieja forma parte de Israel como, en realidad, ocurre de facto desde la Guerra de los Seis Días de 1967.
Pero, ¿Qué es exactamente el muro de las lamentaciones? ¿Se puede visitar libremente?
QUÉ ES EL MURO DE LAS LAMENTACIONES.
No pocos viajeros llegan a Jerusalén creyendo que el Muro de las Lamentaciones es lo que ha quedado en pie del antiguo Templo de Jerusalén o Templo de Salomón. Pues bien, merece la pena empezar el artículo explicando que lo que ahora conocemos como Muro de las Lamentaciones no formaba parte del Templo de Jerusalén si no de los muros de contención del Monté Moriá, un pequeño montículo situado en el centro de Jerusalén que según la tradición judía es donde en su momento se habrían alzado tanto el Primero como el Segundo Templo de Jerusalén.
Este Monte Moriá, como suele ser habitual en los lugares más importantes que ver en Jerusalén, no tiene relevancia únicamente para la religión hebrea, sí no también para las otras dos. Fue aquí, por ejemplo, donde Abraham estuvo a punto de sacrificar a su hijo Isaac, según relata el libro del Génesis. Y también en este Monte del Templo donde Mahoma fue elevado al cielo. Para ello, el profeta del Islam utilizó la misma piedra sobre la que Abraham estuvo a un tris de sacrificar a su hijo. Ya es casualidad, ¿verdad? Pues casi que os diría que en Jerusalén nada es casualidad.
También merece la pena comentar que lo que en español se conocer como Muro de las Lamentaciones, para los judíos es, simplemente, el Muro Occidental. De manera que los carteles que deberéis seguir para llegar hasta allí, indican la dirección al “Western Wall”.
Según parece, este Muro de las Lamentaciones o Muro Occidental fue construido por Agripa II, gobernante de Judea durante los años de dominación romana. Otras versiones, sin embargo, explican que habría sido Herodes I el Grande, el encargado de su construcción.
Entonces, ¿de dónde viene lo de Muro de las Lamentaciones? La leyenda nos explica que cuando las legiones romanas destruyeron el Segundo Templo de Jerusalén (en tiempos de Vespasiano), dejaron en pie uno de los cuatro muros de contención de la Explanada del Templo. La idea del general Tito (que a la postre sucedería a Vespasiano como Emperador romano), era que los judíos recordaran la victoria de Roma frente a Judea y lamentaran su destrucción. Los hebreos, sin embargo, entendieron que éste resto de muro de contención, no era más que la promesa de Dios en relación a que siempre quedaría en pie alguna parte del Segundo Templo de Jerusalén. Aquí se lamenta no solo la destrucción del Templo de Jerusalén y de Jerusalén entera, sí no también la prohibición de pisar la Explanada del Templo así como la dispersión a la que ha sido sometido el pueblo judío a lo largo de la historia.
De esta manera, los judíos llevan dos milenios orando en el Muro de las Lamentaciones, convertido desde entonces en el lugar más sagrado del judaísmo. O, exactamente, en el segundo lugar más importante, pues el más relevante sigue siendo para ellos, al Monte Moriá o Explanada del Templo.
VISITAR EL MURO DE LAS LAMENTACIONES.
Como decía, no vais a tener ningún problema para visitar el Muro de las Lamentaciones, uno de los lugares más importantes que ver en Jerusalén. Solo tenéis que acudir a la Ciudad Vieja de Jerusalén y seguir las indicaciones de los varios carteles que indican su ubicación. O, mejor aún, seguir la estela de los muchos judíos ortodoxos que caminan apresurados en la misma dirección. En la Ciudad Vieja no viven judíos ortodoxos, de manera que los que allí acuden es para visitar el Muro de las Lamentaciones.
Eso sí, por tratarse de un lugar sagrado para el judaísmo, deberéis vestir con decoro. Es decir, con pantalones largos y con los hombros cubiertos. Además, deberéis pasar algunos controles de seguridad, pues se trata de un lugar especialmente sensible. Se agradece, ciertamente, que el lugar no esté vetado a los no judíos. Una diferencia, por cierto, con las Cúpula de la Roca o al Mezquita de Al Aqsa, ambas en lo alto de la Explanada del Templo, cuyas entradas están vetadas a los no musulmanes.
Comentar que si vais a visitar Jerusalén, merece la pena visitara el Muro de las Lamentaciones en varias ocasiones para darse cuenta de que casi siempre hay alguien orando allí. Tanto de día como de noche, siempre hay gente allí. Sin embargo, algo que no os podéis perder es la visita al Muro de las Lamentaciones durante el Sabbat, el día sagrado de los judíos (en realidad empieza con el atardecer del viernes).
Comentar que, al menos a nosotros, nadie nos dijo nada ni nos puso mala cara por visitar el Muro de las Lamentaciones en Sabbat. Ni tampoco por fotografiar el lugar en el día festivo de los judíos. Escribo explícitamente esto, porque visitar el barrio ultraortodoxo de Mea Shearim en Sabbat sí que fue bastante incómodo.
Al igual que ocurre en las sinagogas, en el Muro de las Lamentaciones, hombres y mujeres disponen de lugares diferenciados. En realidad, casi que el 80% de los 57 metros de muro está reservado a los hombres y únicamente una pequeña área a la derecha de la plaza que queda frente al muro está reservado a las mujeres.
Es durante el Sabbat, como digo, cuando la explanada que queda frente al Muro de las Lamentaciones más se llena. Vemos que la mayoría de fieles se dedican a orar, mientras repiten compulsivamente el gesto de inclinar levemente la cabeza en dirección al muro. Sin embargo, otros grupos hablan, sin más, o incluso bailan en pequeños coros de 4 o 5 personas, algo que nos sorprende bastante.
También veréis muchos judíos llegados del barrio ultraortodoxos de Mea Shearim, como comprobaréis por sus vestidos, sus trenzas y sus sombreros. Casi diría que la mayoría de asistentes aquí son ortodoxos y ultraortodoxos, aunque algunos fieles llevan puestos únicamente la kipá, la pequeña gorra ritual judía. Nosotros también la llevamos puesta, como es preceptivo. Otros hebreos llevan puesto el talit, una suerte de chal utilizado por los hombres judíos que les cubre la cabeza durante la oración.
Os daréis cuenta, por cierto, de los muchos papelitos introducidos entre las piedras del Muro de las Lamentaciones. Se trata de oraciones o deseos escritos sobre papel y dejados allí. Estos escritos tienen carácter de sagrados y jamás son destruidos. Entonces ¿qué se hace con los papeles del Muro de las Lamentaciones? Pues dos veces al año se realiza una limpieza de papeles, siendo éstos trasladados al Monte de los Olivos, donde son enterrados.
Antes de abandonar el Muro de las Lamentaciones, merece la pena adentrase en el túnel que queda a la izquierda de la zona reservada a los hombres. También en esta zona encontramos un buen número de fieles orando. Además, aquí se ubican varios muebles donde los hebreos resguardan libros sagrados.
Estos pequeños túneles, que se suman a los casi 60 metros del Muro de las Lamentaciones de Jerusalén, no son los únicos existentes. En realidad, se han excavado casi 500 metros de túneles que pueden visitarse en visitas guiadas. Sin embargo, nosotros no tuvimos tiempo para ello y nos adentramos únicamente en estas decenas de metros de acceso permitido sin requerir contratar una visita guiada.
Por último, comentar que también podéis ver el Muro de las Lamentaciones desde la distancia, pero con una panorámica privilegiada, desde las terrazas que quedan situadas en la parte alta de la Ciudad Vieja. Además, como telón de fondo, tendréis la imagen de la brillante Cúpula de la Roca.
La verdad es que visitar el Muro de las Lamentaciones de Jerusalén es algo apasionante e imprescindible en la ciudad sagrada del Judaísmo.
Comentarios:
2 comentarios en “Visitar el Muro de las Lamentaciones, el lugar más sagrado del Judaísmo.”
Una entrada super interesante si se va a visitar este histórico lugar pronto, como es mi caso. Jordania, Israel y Palestina son los siguientes países en mi lista de Asia si todo el tema de la pandemia remite pronto. Tengo un amigo que no para de darme la lata con que tenemos que ir, y yo pues encantado con la proposición, claro 🙂
¡Un saludo familia!
Desde luego, visitar el Muro de las Lamentaciones es espectacular, Antonio. En realidad, todo Jerusalén lo es.
Un abrazo y espero que podáis hacer este viaje pronto.