Aprender a esquiar. Este era uno de los objetivos que para el invierno de 2014-2015 teníamos preparado para Marc, que a sus 6 años, todavía no había tenido la oportunidad de ponerse unas botas de ski.
Por ello, programamos un largo fin de semana en Andorra lleno de actividades (aquí podéis ver el presupuesto), donde sin duda, la estrella sería la primera esquiada que Marc haría en su vida, pero donde a además, podría disfrutar del patinaje sobre hielo, de las actividades en plena naturaleza que ofrece el parque lúdico de Naturlandia o de una preciosa Ruta del Románico.
Compartimos esta experiencia con nuestros sobrinos, Pol y Aina, que también debutaban con unas botas de esquí en los pies y con sus padres (y cuñados nuestros) que también eran debutantes en esta materia.
POSIBILIDADES DE ESQUÍ EN ANDORRA.
Las pistas de esquí de Andorra se dividen en dos grandes dominios esquiables: Vallnord y Grandvalira.
El primero de él, Vallnord, se formó gracias a la unión en 2004 de dos estaciones de esquí: Ordino-Arcalís y Pal-Arinsal. 66 pistas y casi 90 kilómetros esquiables son los que se pueden disfrutar en Vallnord, que queda situado en el oeste del país.
El segundo dominio es el de Grandvalira, que nace en 2003 gracias a la fusión de varias pistas de esquí y que con sus 210 kilómetros de pistas, supone el dominio esquiable más grande de los Pirineos. Son seis los sectores en que se divide Grandvalira, cada uno de ellos con su propio acceso: Encamp, Canillo, El Tarter, Soldeu, Grau Roig, Pas de la Casa. El dominio de Grandvalira, queda en el oeste del país.
Nosotros elegimos Grandvalira para hacer la jornada de esquí, pues es el dominio que tiene algo mejor acceso, ya que todos ellos se realizan desde la propia carretera general CG2, que es una de las principales de Andorra y que casi no tiene curvas. En cambio, para acceder a Vallnord, hay que desviarse por la carretera CG-3, que tiene más curvas. El motivo de evitar esta carretera fue la enorme tendencia al mareo que tiene uno de los asistentes a la primera esquiada de Marc: su primo Pol, de la misma edad.
Como estamos alojados en Canillo, tomamos el telecabina de Canillo, que en 10 minutos nos deja en el sector Canillo, justo en frente de la escuela de esquí, en la zona que es conocida como la Vall del Forn.
CONTRATAR O NO MONITOR DE ESQUÍ. ESTA ES LA CUESTIÓN.
No hay demasiadas dudas al respecto. Perfectamente recuerdo la primera vez que subí a esquiar con 19 años. Fui a Baqueira Beret con los compañeros de facultad. Todos ellos esquiaban. Me subieron a un telesilla hasta la cota más alta de la estación y una vez arriba no me quedó más remedio que aprender a esquiar ea base caídas y más caídas. Por suerte, fueron tres días de esquí y terminé por aprender lo más básico, eso sí, con un montón de defectos que probablemente nunca haya corregido.
Es por ello que no dudamos en contratar un monitor aunque sea durante únicamente dos horas, para que enseñe a Marc a dar los primeros pasos en el mundo del esquí. Las posibilidades suelen ser dos: contratar a un monitor particular o apuntarse a un grupo (segunda opción esta, más económica). Pero como entre semana no existe la posibilidad de contratar a un grupo y el día elegido para esquiar es viernes no nos queda otra que contratar a un monitor particular. Ha sido un acierto y el precio queda repartido entre seis (los tres niños, pero también mis cuñados e Isa, que se apuntan a las clases particulares).m Son aproximadamente unos 25 euros por persona.
Mientras, el que escribe esto, puede disfrutar de un par de horas de esquí en solitario. Desde el sector Canillo, que es el más sencillo se puede acceder con facilidad a los otros sectores que forman parte del dominio Grandvalira. Después de bajar por un par de pistas de Canillo, me acerco al sector de Soldeu y al dell Tarter, donde además de disfrutar de las preciosas vistas de esta parte del Pirineo, parcialmente nevado, disfruto de un montón de pistas rojas, donde casi no baja ningún esquiador, como suele ser habitual en la semana siguiente de Reyes. Es un placer no tener que hacer nada de cola a la hora de subir a los telesillas, a fin de bajar por una y otra pista. Son dos horas de esquiar sin parar, antes de volver a la escuela de esquí para saber cómo ha transcurrido el aprendizaje con el monitor.
Marc y también sus primos, como no podía ser de otro modo, derraman felicidad. Después de un pequeño rato donde han aprendido a levantarse en caso de caída, han podido aprender a hacer sus primeros metros de esquí, gracias a una pista verde de unos cien metros de longitud, que han podido recorrer, sin palos, varias veces. Para subir a esta pista hay un tapiz rodante.
Cuando llego, la madre de Marc se va con la mayor de los tres niños, Aina, a probar la primera pista azul, y yo sigo con Marc, haciendo esta vez de monitor, y enseñándole a hacer las primeras curvas. Hacemos unas seis o siete bajadas más. Terminadas éstas, decidimos que ya es hora de que también Marc pruebe la pista azul.
Esta zona más baja del Sector de Canillo es el conocida como Mundo Mágico. Un espacio dedicado a los más pequeños, donde en las pistas encontramos las imágenes de hadas y duendes y las pistas no son nada difíciles. Sabido es que los niños aprenden mucho más rápido que los adultos el arte del esquí. Un centro de gravedad bastante más bajo tiene bastante que ver con ello. La escasa sensación de peligro que los niños tienen hace el resto. Es por ello que Marc no duda en repetir pista aunque la primera vez que baja la azul cae dos veces.
Al final del día, es capaz de bajar por la pista azul sin caer durante todo el recorrido. La verdad es que Marc termina aprendiendo bastante más rápido de lo que pensábamos. En estos dos vídeos podéis ver a Marc esquiando. El primero, justo después de dejar el monitor. El segundo vídeo, a las cuatro de la tarde. La verdad es que tal vez sea amor de padre, pero a mí no me parece nada mal lo que ha aprendido en un día.
CUÁNTO CUESTA ESQUIAR EN GRANDVALIRA.
Esquiar no es barato. El precio del forfait general en Grandvalira es de 45 euros. Además, hay que añadir el precio del material de esquí de alquiler, si no se dispone de él (unos 15 euros por persona) y el del monitor, que nos parece casi imprescindible para los debutantes.
A todo esto, hay que añadir el precio del alojamiento en Andorra, que en invierno, en plena temporada alta puede no ser precisamente económico. Vale la pena mirar las diversas ofertas de los portales especializados en esquiadas, pues a menudo podemos encontrar ofertas para Grandvalira, que pueden compensar el contratar un paquete que incluya el forfait y el alojamiento.
Comentarios:
8 comentarios en “ANDORRA. Aprendiendo a esquiar en Grandvalira.”
Vaya día bueno pasasteis y Marc ha aprendido muy rápido, yo cuando he ido las caídas ha sido una constante pero lo bien que se pasa en la nieve!
La verdad es que los niños aprenden super rápido! que envidia ^^.
¡Un abrazo!
Si, los niños aprenden rápido! Yo aprendí de mayor y recuerdo haber pasado dos días iniciales como para no volver!
Hola Jordi, como siempre (o casi) totalmente de acuerdo contigo. Lo del monitor es casi imprescindible. La verdad es que es muy divertido esquiar y me encantaría que mi hijo aprendiera algún día….antes tengo que convencer al padre para que se anime también. Ja, ja…
Gracias por recordarme Andorra, precioso lugar al que también me encantaría volver.
Sí, yo también creo que vale la pena el monitor, al menos la primera vez. Dentro de 15 días repetiremos, uno poca más cerca de casa, pero también contrataremos un par de horas con monitor. Un abrazo!
Que carita lleva!!
Sí, Marc estaba hiperemocionado!