Visitar el Museo Plantin-Moretus resulta uno de los imprescindibles de Amberes. Probablemente, junto la Casa de Rubens y la Catedral, es el lugar más importante que ver en Amberes. Particularmente, fue la visita que más nos gustó en la que es la segunda ciudad de Bélgica tras Bruselas.
No es de extrañar que el Museo Plantin-Moretus forme parte del Patrimonio Mundial de la Humanidad. No estamos hablando de un museo cualquiera donde se expongan piezas históricas o artísticas sin más. Se trata de la que fuera una de las imprentas más antiguas del mundo. De hecho, en este museo de custodian las dos prensas de imprenta más viejas que han llegado a nuestros días.
QUIENES ERAN LOS PLANTIN-MORETUS.
Christoffel Plantijn (conocido también como Plantinus o Plantino) fue un editor e impresor flamenco, aunque nacido en Francia y formado como encuadernador en Caen y en París. Fue el creador de la imprenta que lleva su nombre y que, con gran visión de futuro, convirtió en una de las más importantes de Europa Occidental. Aunque Plantin empezó como encuadernador, enseguida se dedicó a la edición e impresión, que era lo que realmente daba dividendos. Plantinus, pese a los recelos que despertaba su calvinismo, consiguió en exclusiva el privilegio de imprimir los textos religiosos en época de Felipe II, que lo nombró Prototypographus regius en 1575. Ello le permitió imprimir decenas de miles de todo tipo de libros y textos religiosos para el Reino de España y sus colonias, lo que le granjeó pingües beneficios, además de la posibilidad de codearse con la burguesía de la época.
Su yerno, Jan Moretus, que se había casado con su hija Martina Plantin, fue quien heredó la imprenta y quien continuó con la empresa. Juntos, no solo se dedicaron a imprimir sin más, si no que asumieron grandes retos e inversiones con el fin de llevar la imprenta a otro nivel. Por ejemplo, en lo que hace referencia a la adquisición de distintos tipos de letras. Incluso, posteriormente, construyeron una fundición en el primer piso de la imprenta, de manera que podían controlar todo el proceso de impresión, incluyendo la exclusividad para distintas fuentes tipográficas.
VISITAR EL MUSEO PLANTIN-MORETUS. ALGUNOS DATOS PRÁCTICOS.
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VISITA AL MUSEO PLANTIN-MORETUS
Al visitar el Museo Plantin-Moretus no solo conoceremos la antigua imprenta, si no también la vivienda donde residía Christoffel Plantijn y posteriormente, el matrimonio Plantin-Moretus. Se trataba de un auténtico palacete en dos pisos, distribuido alrededor de un bonito patio central rectangular ornamentado con plantas.
La Casa de los Plantin-Moretus se convirtió en un importante centro de erudición y lugar preferente de reunión tanto de la burguesía del momento como de la intelectualidad del siglo XVI. La vivienda está, ciertamente, decorada con esmero, aunque conservando una cierta austeridad propia del protestantismo imperante. No faltan, desde luego, los muebles diseñados con maderas nobles, las chimeneas de rica decoración y una rica colección pictórica que incluye obras de Rubens. Destaca en la vivienda de los Plantin-Moretus que casi todas las estancias están revestidas de cuero repujado, algo muy habitual en la época y que ya hemos visto en la Casa Rubens.
También podemos visitar los aposentos más privados de la Casa Plantin-Moretus, incluyendo su alcoba y lecho de muerte. Un lugar ciertamente austero, poco acorde con sus posibilidades económicas, pero en consonancia con su fe reformadora.
En distintas estancias del primer piso del Museo Plantin-Moretus encontramos vitrinas que cobijan primeras ediciones de los libros aquí imprimidos, así como ejemplares más antiguos considerados obras de arte en su materia.
También merece mucho la pena la bellísima biblioteca situada en el primer piso del Museo Plantin-Moretus. Se trata de la biblioteca personal de la familia, que no solo conservaba los libros impresos por ellos, si no que incluía muchos otros libros adquiridos a otros editores pues, además de profesionales, los Plantin-Moretus fueron grandes coleccionistas de libros.
Sin embargo, lo más interesante del museo es todo lo que hace referencia a la Officina Plantiniana, que la Unesco define como “la empresa de edición e impresión más importante que jamás haya habido en Bélgica” y que en el año 2001 fue incluida dentro de la lista del Patrimonio mundial. Aquí encontramos los despachos o la sala de correctores pero, particularmente, la enorme sala donde se situaban (en realidad allí siguen) las prensas de imprenta que convirtieron la Plantin-Moretus en una de las más importantes del mundo. Entre los objetos conservados, destacan las que están consideradas como las dos más viejas imprentas que han llegado a nuestros días.
En el piso superior, como dije, se estableció una verdadera fundición. Era destinada a la creación de nuevas fuentes tipográficas que fueran exclusivas de la imprenta. Un video nos explica cómo se creaban estas nuevas fuentes. De esta manera, los Plantin-Moretus podían controlar todo el proceso de producción del libro, aunque ello no estaba reñido con que, además, compraran los tipos elaborados por los mejores diseñadores de letras del momento. Los Plantin-Moretos adquirían incluso sus moldes, a fin de que nadie más tuviera el tipo en cuestión.
La verdad es que visitar el Museo Plantin-Moretus nos resultó apasionante, de manera que no podemos hacer otra cosa que recomendarlo a todo aquel que vaya a visitar Amberes.