Pueblos más bonitos de Mallorca

La isla de Mallorca es mucho más que un destino de sol y playa.

Más allá de la capital, Palma de Mallorca, de algunos de sus más renombrados hitos turísticos, como las Coves del Drach, o de sus preciosas calas y playas, es en los pequeños pueblos donde debemos encontrar la verdadera esencia de la isla.

En este artículo os vamos a contar cuáles son los 3 pueblos más bonitos de Mallorca. Al menos, los que más nos han gustado a nosotros durante la distintas ocasiones en que hemos visitado la mayor de las islas baleares.

LOS 3 PUEBLOS MÁS BONITOS DE MALLORCA

SÓLLER

Enclavado en plena Sierra de Tramuntana, un paisaje cultural incluido en la lista del Patrimonio de la Humanidad, como los otros 3 pueblos que hemos seleccionado, Soller es especialmente conocido por el ferrocarril de línea estrecha que une la población con Palma de Mallorca desde hace más de un siglo.

Tren de Sóller

Pero Sóller es mucho más que su tren. La Plaza de la Constitución es el epicentro de la población. Allí encontramos la vieja iglesia  barroca de Sant Bartomeu, cuya fachada fue diseñada dos siglos más tarde, por el discípulo de Antoni Gaudí, Joan Rubió, en estilo modernista.

Iglesia Sant Bartomeu Sóller

Igualmente modernista es la sede del antiguo Banco de Sóller, del mismo autor y en la misma plaza. Su balcón esquinero es una maravilla.

La visita a Sóller debe incluir el paseo por el Carrer de Sa Lluna, el antiguo eje medieval, convertido en la calle comercial más importante. Algunas de las casonas medievales y modernistas nos recuerdan que era aquí donde vivían las gentes acomodadas de principios del XX. Destacar la Casa de sa Lluna, actual Casal de Cultura-Museu de Sóller.

Can Prohom, Can Bardí y Ca la Nena son otras mansiones destacadas de la misma calle.

En Sóller y los alrededores encontramos varias casas vacacionales con piscina, ideales para disfrutar de vuestras vacaciones en un entorno privilegiado.

Banco de Sóller

VALLDEMOSSA

Otro pueblo, Valldemossa, que se incluye en todas las listas de los pueblos más bonitos de Mallorca.

No es de extrañar que fuera aquí donde Fréderic Chopin y George Sand, encontraran su lugar en el mundo durante el invierno de 1838. Seguir la huella del compositor y la novelista forma parte de los quehaceres en Valldemossa.

Por ejemplo, en la Cartuja Real encontramos la conocida como celda número 4, actualmente museizada, que es donde los amantes pasaron aquel invierno.

Celda de Chopin en Valldemossa

Más allá de la celda, la Real Cartuja es uno de los lugares más destacados que ver en Valldemossa. Una construcción que antes que cartuja, desempeñó las funciones de Palacio de Sancho I, rey de Mallorca, conde de Rosellón y de la Cerdaña y señor de Montpellier.

Durante el recorrido, se visita la iglesia neoclásica del XVIII, donde destacan los frescos de Bayeu, un precioso claustro y algunas celdas de los cartujanos.

Frente la Cartuja Real, jardines de  Juan Carlos I, situados en lo que fueron los patios de la cartuja, resulta uno de los lugares más recónditos y agradables de Valldemossa.

Jardines de Valldemossa

Antes de dejar la población, no hay que dejar de pasear por la denominada Ciudad Baja, con calles estrechas y peatonales, donde se alzan casonas de piedra. La más bella de todas, la Calle Rectoría.

Precisamente en el número 5 de Calle Rectoría se halla la casa natal de Santa Catalina Thomas, conocida aquí como La Beateta. Una suerte de Santa Teresa de Jesús local, del siglo XVI, que vivió sus propias experiencias místicas y visiones, de las que dejaría constancia en sus Cartas Espirituales.

Mirador dels Lledoners de Valldemossa

POLLENSA

Y cierro esta lista de los 3 pueblos más bonitos de Mallorca con otro clásico: Pollensa.

Pollensa es una población pequeña, que en un par de horas puede recorrerse. Sin embargo, la calma que aquí se respira, especialmente en temporada baja, invita a quedarse más tiempo.

Pollença

El núcleo poblacional está centrado en la Plaça Major, donde se alza la iglesia  de 1236 dedicada a Santa María dels Àngels.

Pollença

Alrededor de la Plaça Major, que es sede del mercado dominical, es donde se estructura el núcleo histórico, que merece una visita sosegada.

Sin embargo, el lugar más curioso que ver en Pollensa es el Calvario, situado en lo alto de la colina que domina la población y a la que se accede tras superar una escalera de piedra de 365 escalones.

Subida al Calvario de Pollensa

En lo alto, se edificó un pequeño oratorio que es el punto final del Calvario, al que accederemos, en dirección descendente por el Carrer Sense Nom. Es decir, la asfaltada Calle Sin Nombre, donde encontramos las distintas estaciones del Calvario.

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